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HISTORIA

   
   En medio de un término feraz y de buenos prados está la villa de VILLAVICENCIO DE LOS CABALLEROS con 1035 hab. y distante de la capital 64 k. y 78 m. Anuncian todas las señales que su origen debió ser romano. Reinando Fernando I el Magno, Gutierre Alfonso, año de 1044, dió al monasterio de Sahagún su hacienda de Villavicencio; durante el imperio de Alfonso VII los monjes de Sahagún, Dª María Gómez y sus hijos se repartieron la jurisdicción de la villa; y en tiempo de Fernando III el Santo, año de 1221, el abad de Sahagún y otros señores dieron fuero a Villavicencio. Bajo la segunda regencia de Fernando el Católico, año de 1507, D. Fadrique Enríquez, cuarto almirante de Castilla, y el duque de Alba, vinieron a un rompimiento por la posesión de la mencionada villa. También los almirantes de Castilla dieron fuero a Villavicencio.
   Cerca de Villavicencio hay una fuente de agua sulfurosa, que goza fama en los pueblos inmediatos; y es de escasa importancia un molino harinero que está sobre el Valderaduey.
   Villavicencio es patria del Sr. D. Cayetano Francos y Monroy, insigne arzobispo de Guatemala (América Central). Nació en dicha villa el 7 de Agosto de 1735, estudió en Valladolid y Salamanca, fue canónigo magistral de Plasencia y arzobispo de Guatemala, en cuya ciudad hizo su entrada pública el 7 de Octubre de 1779, muriendo en 17 de Julio de 1792. 



Historia de Villavicencio de los Caballeros

HISTORIA DE VILLAVICENCIO DE LOS CABALLEROS

Ángel Francisco Gil Pachón

DEDICATORIA

A la memoria de Dª Justa Francos, fundadora de la MAGNIFICA RESIDENCIA para ancianos, y que ha logrado erradicar la pobreza de Villavicencio y pueblos limítrofes.



VILLAVICENCIO DE LOS CABALLEROS

Un pueblo de Tierra de Campos

 ÍNDICE

  • Origen de Villavicencio

  • La Gastronomía

  • Industria de la Madera

  • Los Juegos

  • Industria del Calzado

  • El Marrano de San Antón

  • La Construcción

  • Emigración e Inmigración

  • El Comercio

  • La Sanidad

  • Expansión y Recreo

  • Transporte y Comunicaciones

  • Indumentaria

  • La Ganadería

  • Religión

  • El Caballo

  • Fiestas Religiosas

  • El Pastoreo

  • Seguridad Ciudadana

  • La Avicultura

  • Usos y Costumbres

  • Los Galgos

  • Los Lutos

  • Calles y Plazas

  • Los Peinados

  • La Guerra Civil



Origen de Villavicencio

   El pueblo de Villavicencio data, por lo menos, de antes del siglo octavo, pues, según cuenta la leyenda, o se sabe por tradición, en la Batalla de Clavijo había unos guerreros que luchaban con gran valor, y preguntó el Rey: ¿quiénes son esos caballeros tan valientes? y le dijeron, son los caballeros de Villavicencio. Pues a partir de ahora se llamará el pueblo VILLAVICENCIO DE LOS CABALLEROS. Esta es la Batalla donde, dicen que se apareció el Apóstol Santiago que no mató nunca moros, pues era contrario a su doctrina y a sus principios de Paz y Amor que predicó siempre. Hay quien dice que tal Batalla no fue en Clavijo sino en Huesca ¿quién tiene razón? Bueno, pues, por esto en muchos pueblos se llaman a los Santiagos "Santiago Matamoros". Es curioso. Y es que en la Edad Media, por un fervor religioso mal entendido o más bien por fanatismo, se llegó hasta el crimen, matando a los moros o árabes que nos dejaron una civilización y una cultura superior a todas las demás y sino, ahí tenemos la joya de arquitectura e imaginería más grande de Europa "LA ALHAMBRA" y el Albaicín, admiración del mundo y también, hay que decirlo, una fuente de ingresos para nuestra maltrecha economía. No solamente dejaron su cultura en Granada, pues ¿qué me dicen de Toledo? Si viajamos por España, veremos que en muchos pueblos y ciudades hay vestigios de la civilización árabe. Todas las palabras que empiezan por al, como aljibe, alcachofa y otras muchas son de raíz árabe.
   No sólo Granada y Toledo, pues Sevilla y Córdoba tienen  muchos vestigios árabes siendo los principales LA GIRALDA, LA MEZQUITA y los Alcázares.
   Villavicencio pertenecía al marqués de Tabara en 1.750. D. Melchor Roxini, cura de la Iglesia de San Pedro.- D. Casimiro Serrano, cura de la Iglesia de San Pelayo y D. José Franco cura de la Iglesia de Sta. María. D. Francisco Rodríguez Casanova (¿del Cristo?).
   Había cinco albañiles que son: Ignacio Castrillo, Santiago Mazas, Blas Rubio, Francisco Pachón y Diego Álvarez. Se les pagaba al primero a real y medio (el día 11 de octubre de 1.700).
   Si bien esta población obtuvo otras reglamentaciones no ajustadas a la de León de 1.091 y 1.126, reseñamos solamente en este lugar las derivadas del patrón leonés, correspondiente al texto de fecha desconocida que fue promulgado entre 1.113 y 1.126, que le rotuló como "retreta et carta per foros de legione ad hominemet castillo de Villa Vicencio", concedió a todo lugar el Abad de Sahagún, reiterando la indicación de su fuente en su última norma "e lo que aquí non falardes vaianse lo vuscar a Legionem".
   Los Duques de Osuna absorbieron todo lo del pueblo, porque era señorío de ellos. Los diccionarios Effody Espasa dice. Effod: Villavicencio de los Caballeros, 369 edificios y albergues, censo de 1.920 le asigna 1.038 habitantes.
   Tuvo fuero particular que era el mismo que el de León de 1.920 con algunas modificaciones. Según Escalona, calcula que este Fuero debió de otorgarse a principios de siglo XI. Estaban libres de las pechas de homicidio y nuncio, de manero, sanso y fonsadera. Si el homicida lograba sustraerse a la Justicia nueve días, podía volver a su casa, pero debía guardarse de la enemistad de los parientes del muerto. "Sed se ab inicio nostrum enim proficisque timendi sunt".
   En cuanto al cosechero de vino, pagaba por San Miguel seis denarios; la renta de pan y vino era libre. Nadie por ningún crimen, podría perder el hogar de su casa. Se admitía la prueba del agua caliente para librarse de la acusación de hurto. Las demás disposiciones se reducían una de los tributos que debía pagar los víveres y los carros cargados de hortalizas, madera etc. El tributo de los ganados de cuyos derechos estaba exento.
   En 1.221 los monjes del Monasterio de Sahagún, herederos y divisores de Villavicencio convocaron a consejo el Fuero de León introduciendo algunas modificaciones en el fuero antiguo,  pues al homicida ya no le valía ocultarse nueve días para excusarse del castigo
   Por fin se permitía a sus habitantes vender sus bienes y mudarse a territorio de realengo. También podían nombrar alcaldes y alguaciles.
   Se sabe de esta población que la Infanta Dª Elvira, hija del Rey Ramiro I le dio al monasterio de Sahagún María Gómez, y aunque se celebró una concordia, los descendientes se fueron apoderando de todos los derechos. A fines del siglo XI estaba incluido en el arciprestazgo de su nombre Obispado de León, con tres pilas bautismales y ciento cincuenta feligreses.
   El 2 de Mayo de 1.917 contaba con cien vecinos. En el reinado de Carlos I pertenecía al marqués de Tavera y en el XVIII, figuraba como villa de señorío, con alcalde incluido, al partido y provincia de León.
   Este pueblo pertenece a TIERRA DE CAMPOS, ya que esta tierra comienza o está limitada al Oeste por el río Valderaduey, y no como dicen algunos autores esta Tierra es de la provincia de Palencia. Gran parte de la Tierra de Campos es de esta provincia, pero como dije antes, esta limitada por el río Valderaduey y su Capital es Medina de Rioseco.
   Esta dichosa tierra de campos, a la que pertenece el pueblo, es de la que dijo Machado: "por ahí ha pasado la sombra de Caín". Abres una fuente y no mana, plantas un árbol y se seca, riegas unas flores y se marchitan. También se puede decir lo que decía D. Camilo de Peñafiel: "aquí no conocen la sombra de los árboles". Ya dijo un autor:


Castilla miserable
Ayer dominadora
Que envuelta en sus harapos
Desprecia cuanto ignora.

   Pero Villavicencio fue una gran villa, de mucho prestigio y algunos habitantes muy ilustres.

Industria del Hierro
   En este pueblo existía la industria de la forja. Había tres herrerías, donde a base de macho y martillo y soplo con fuelle manual, se fabricaban verdaderas obras de arte, no como las verjas de la catedral de Toledo, obra del famoso Villalpando, o como las de todas las catedrales de España, pero se pueden admirar las verjas de los balcones de las casas y las armaduras de los carros, eso demuestra el arte de los herreros del pueblo.

Industria de la Madera


   Había tres talleres de madera, donde se hacían los carros y se llamaban carreteros. Había que ver los carros que hacían estos artesanos. Verdaderas maravillas con sus herrajes pintados y las ruedas y sus radios en colores con las llantas de hierro. Primo de Rivera ordenó que se cambiasen por llantas de goma, pero no le hicieron caso.
   En la fiesta de San Antón salían los carros adornados con toda clase de colorines y tirados por los pares de mulas con sus crines y colas entrelazadas y tejidas con cintas de colores que eran una verdadera maravilla. Había que ver la emulación entre los labradores por hacer desfilar sus pares a ver cual era el mejor presentado, adornado y elegante.
   El trabajo de la madera tiene gran mérito ya que se hacía todo a base de zuela y garlopa, y lo que se hace ahora es a máquina y motor, entonces era a base de trabajo, y muy duro.
   La madera se llegó a emplear hasta para hacer puentes, todos conocen el puente de madera sobre el río Valderaduey, que casi siempre va seco, pero en ocasiones se producen riadas que ponen en peligro las afueras del pueblo.
   También se empleaba como es natural para puertas y ventanas de viviendas y edificios, y no digamos para los tapiales con que se hacían esas paredes anchas que aíslan la vivienda del calor y del frío.
   Aquello era también a base de trabajo duro pisando la tierra para endurecerla y lograr la pared sólida. Entonces casi todas las casa eran de tierra y adobe, no es como ahora que ya las hay de piedra y ladrillo.

lndustrias Cárnicas


   Había tres carnicerías, donde se despachaba carne de la mejor calidad y surtían al pueblo de toda clase de productos cárnicos y sus derivados, sin necesidad de recurrir a otros pueblos. La carne de cerdo no se vendía en las carnicerías, porque, como se sabe, el que más y el que menos, hacía su matanza, para el arreglo de todo el año. Esa matanza constituía una verdadera fiesta. En los portales de las casas que tenían el techo de madera con fuertes vigas, en la del centro había una argolla para colgar el cerdo. La operación se hacía de la siguiente forma: 1º. Se cogía al cerdo entre varios fornidos mozos y lo echaban en el banco, un banco que había para eso precisamente y lo sujetaban, mientras el matarife le clavaba el cuchillo hasta que el animal dejaba de sangrar. 2º. Se le cubría de juncias y se prendía fuego, lo que se llamaba chamuscarle. 3º. Los expertos, llamados matarifes o matachines, procedían a destazarle o sea a abrirle el vientre, sacar las tripas y cortarle en los siguientes trozos: los jamones o sea la parte trasera; los brazuelos o sea, la parte delantera y los laterales o sea los grandes trozos de tocino. Quedaba la cabeza con lo que se llama la papada, parte muy sabrosa de la cabeza del cerdo.
   Todo se aprovechaba de este animal. Una vez que se habían hecho todos los trozos principales del cerdo, se procedía a coger las tripas, lavarlas, para después hacer los riquísimos chorizos, los corrientes y los que se llamaban de la "tripa del culo"; no es fácil encontrar en el mercado chorizos como los que se hacían entonces, con pimiento de la Jara y sin conservantes, ni colorantes, como se dice ahora. La sangre también se aprovechaba para hacer las morcillas tan sabrosas de arroz o de cebolla, de cualquiera estaban muy ricas. También se aprovechaba la asadura o sea las entrañas del gocho; el hígado, el corazón y los pulmones y se repartían entre los amigos y los parientes. No sé, si entonces existía la inspección veterinaria, como para las reses vacunas, supongo que sí, ya que es una medida elemental para la sanidad pública. Hasta la vejiga se aprovechaba para el juego de los niños, que inflada, la convertían en balón.

La Industria Harinera


   Es natural que en tierra, eminentemente agrícola y cuyo producto principal es el trigo, existiesen grandes fábricas de harinas, como la de Valladolid y la de Tudela de Duero; en Villavicencio no existía esas fábricas, como es natural, pero sí había molinos; había dos: el de arriba y el de abajo. El de arriba que con la presa formaba una especie de embalse y al caer el agua, movía enormes piedras que trituraban el trigo, y por otro procedimiento rudimentario separaba la harina del salvado.
   Había otro molino que se llamaba el molino de abajo, que aprovechaba el agua que venía del de arriba y molía también el trigo.
   Casi todos los vecinos tenían su horno particular más o menos grande, donde hacían el pan para el consumo de la familia. Claro, este pan lo comían los más humildes, los ricos comían el pan que llamaban de panadera, como se decía allí, que era un pan de una blancura y un sabor exquisitos. Hay una anécdota que no quiero pasar por alto. En el cuartel de Intendencia de Valladolid hacían unos chuscos para los los soldados de tal blancura y sabor, que los vecinos hacían cola para conseguir un bollo de los soldados.
   Eran famosas las fábricas de harina de Valladolid y Tudela de Duero , fábricas que han desaparecido, ya que en la actualidad el consumo de pan se ha reducido el diez por ciento o más, pues los jóvenes no comen porque engorda y los mayores por la misma razón. Tal es la reducción del consumo de pan, que ahora salen de los cuarteles camiones cargados con sacos de pan que la tropa no consume. Sin embargo está comprobado que el pan es un alimento de grandes cualidades nutritivas, prueba de ello lo que dice la "vox populix": con pan y vino se anda el camino. Cuántas veces veíamos a los mendigos, que entonces eran más que ahora, ya que el nivel de vida era más bajo, pedir un pedazo de pan de casa en casa. Ha salido un libro sobre el pan, donde se explican y demuestra que el pan es un alimento de excelentes cualidades alimenticias, pero ya no se cree en esas cualidades y sustituyen el pan por otros alimentos de otros gustos. En la mayor parte de las familias el desayuno era la famosa y riquísima sopa de ajo que a veces se le echaba un huevo y eso era el no va más. Ahora el desayuno de la mayor parte es el café con leche, que entonces no estaba al alcance de todos.
        Siguiendo con la fabricación del pan, en el pueblo había dos panaderías que fabricaban las barras que ahora son tan corrientes. Era muy curioso la competencia que había en esto, porque además de los panaderos del pueblo, venían del sindicato de Villalón. No sé por qué se permitía la venta de pan de Villalón, cuando en el pueblo lo teníamos inmejorable. Las industrias derivadas de la harina, como las galletas, las pastas y los dulces y sobre todo las exquisitas rosquillas constituían en el pueblo un comercio muy lucrativo.
   Había dos confiterías, hoy pastelerías, una en la plaza del juego de pelota y otra en la calle del reguero monjil, que hacían los dulces y pasteles más ricos que se podían consumir. Había el famoso refresco de "bolao", de agua con el dulce ese que disolvía y era un refresco muy apetitoso. Estas confiterías se defendían muy bien, pues había clientela para las dos. No existía la costumbre, hoy tan corriente, de llevar los pastelitos para el postre de los días de fiesta.

La Industria del Calzado


   Eran dos las zapaterías en el pueblo, pero no de zapatero remendón, sino que además de arreglar el calzado, hacían unos zapatos como la mejor zapatería de la capital, y además hacían y arreglaban el calzado para los pueblos vecinos, como Valdunquillo, la Unión y otros, es decir, que estos artesanos se permitían el lujo de "exportar" sus productos artesanales.
   La zapatería era también un lugar de reunión, donde algunos vecinos-amigos de los zapateros, formaban tertulia y conversaban y comentaban los hechos del pueblo y de los vecinos, la mayor parte de las veces con buenas intenciones y palabras, otras no tan buenas. También en la zapatería había música, o sea un joven estudiaba la carrera de piano y amenizaba la tertulia con sus conciertos, que eran las prácticas que él hacia para su carrera, que por cierto la ejerció, pues consiguió un porvenir que le dio para vivir con relativa holgura.

La Construcción


   En Villavicencio existían esos artistas polifacéticos que eran albañiles, arquitectos, aparejadores, pintores, etc., señores que lo hacían todo; levantaban edificios con tierra y adobe que aguantaban y han aguantado las inclemencias del tiempo y la contaminación y sin sufrir los efectos de la erosión. Hay casas de esas que fueron construidas en el siglo pasado y están todavía para aguantar mucho. Y qué albañiles y constructores tenía que haber para levantar los edificios de la solidez del Ayuntamiento, la casa de los Francos, la de Vázquez de Prada, la de César, y no digamos el Priorato y el edificio neoclásico frente a la farmacia. Todos estos edificios se remontan a siglos pasados. Y las iglesias. ¿Quién construyó las Iglesias? Esas suntuosas y artísticas iglesias, sobre todo la de San Pelayo, que está en ruinas, con esa torre, que probablemente sea del románico de ladrillo, del que hay varios edificios en Castilla y León, concretamente en Sahagún.
   ¿Cuándo y quién levantó la Iglesia del Cristo? La Iglesia de Santa María es más moderna y pertenece al estilo barroco del siglo XVII. El retablo es más moderno. Otros edificios de solidez y piedra son algunos de la placica, como la casa que tiene el pozo a la puerta o la de enfrente, la que fue siempre la casa del veterinario. El edificio que hace esquina al puente monjil y era el domicilio del eminente médico D. Graciano, del que ya se ha hablado, es de gran solidez. Puede que haya otros, como los hay en la plaza mayor, y algunos más de ladrillo en algunas calles.
   No se puede precisar y habría que ver la documentación catastral del pueblo para saberlo.
   Otra industria un tanto importante era la de la confeccion. Había dos sastres y una sastra. Los sastres además de sastres eran las personas más simpáticas y graciosas. En las obras de teatro que se representaban en el pueblo uno de los sastres era el cómico de la obra y hacia reír hasta desternillarse. Si hubiera sido ahora en que los directores de cine salen a la caza de talentos, este hubiera sido elegido a primera vista.

El Comercio


   Después de haber tratado de la industria, procede hablar del comercio. En Villavicencio había varios comercios, dos de tejidos que surtían al pueblo de toda clase de telas para la confección de distintas prendas de vestir y además, alguno de estos comerciantes mandaba a sus dependientes a los pueblos a la venta ambulante. Sin embargo venían de otros pueblos como Villamayor a vender a Villavicencio que no sé por qué no se tomó la medida que se ha tomado ahora de prohibir dicha venta.
   Comercios de comestibles había varios, uno sobre todo que se parecía algo a los modernos supermercados, aunque no se autoservían los clientes. Había otros de menor importancia que todos sabemos que llamaban tiendas. Esto en lo referente a comestibles. Para otras exigencias del consumidor, había un comercio que se llamaba "El Arca de Noé". Como su nombre indica, había de todo, como en el Arca, una pareja de cada especie. Era de admirar que entrando en esa tienda, podías elegir innumerables artículos, de lo más variado, desde ferretería hasta muchas cosas de mercería. No teníamos, como hay ahora, esos supermercados, con la comodidad del carrito, que entras por una puerta, eliges los artículos que desees, sales por la otra, pagas y a casa.
   También existía el comercio ambulante. Señores, que con la matrícula correspondiente, iban a vender, aunque, parece ser, que eso ya no se lo permiten en el pueblo, y hacen bien. En otros pueblos si que van vendiendo toda clase de artículos alimenticios, y tienen marcados los días, unos van los lunes con bebidas, otros lo martes con fruta y otro los miércoles con artículos alimenticios. Lo que no se comprende, como habiendo en el pueblo dos supermercados, les permiten vender en el pueblo en perjuicio de esos comerciantes.

Expansión y Recreo


   Había varios cafés, no como los de ahora, sino verdaderas cafeterías, con sus mesas de tapete verde para juegos, y otras de mármol para las consumiciones. Tenían divanes, también de terciopelo verde, para sentarse los mirones. El otro café era, digámoslo familiar, donde iban, más bien de tertulia, que de juego. Se jugaba al noble y bonito juego de tresillo, tan corriente entonces, que hasta en las casas particulares se jugaba; hoy, sin embargo, se juega muy poco, pues las nuevas generaciones, prefieren juegos más fáciles y de azar, no de habilidad, como es este. No obstante, todavía se juega en algunos pueblos y también en los casinos de muchas capitales, donde hay hasta dos mesas de tresillo. Podemos recordar las partidas de tresillo de las reboticas. Este juego, como todos, sirve de distracción, pero a veces se convierte en un juego para ganar dinero, y ya pierde esa nota de nobleza que le caracteriza. Es un juego de tantas y tan variadas combinaciones, que es muy difícil dominarlo a la perfección. Otro juego que se ve practicar en bares y cafés es el tute, al que también juegan, sobre todo los de la tercera edad, y el que practica mucho es la tan celebrada brisca, este juego es muy corriente en los pueblos y a veces se ve en el verano, grupos de mujeres jugando a la brisca en el medio de la calle. Es un cuadro muy gracioso. Ahora ya no, porque en todos lo pueblos hay lo que se llaman centros culturales, donde se juega, se bebe, pero no se lee, así que no se por qué se llaman centros culturales, podrían llamarse centros de recreo, pues para ser centros culturales, falta lo principal que es la BIBLIOTECA. Es que, como dice una escritora leonesa, el campesino lee poco. Se ven casas de gran lujo y profusión de detalles decorativos, pero no se ve una librería, que es el adorno más lujoso de una casa. Entre los vecinos de algunos pueblos, a lo mejor no hay más que uno que tiene y lee un periódico. Eso no sucede sólo en los pueblos, pues hay muchos vecinos de grandes capitales que tampoco lee un periódico y no digamos un libro. Desde que la caja tonta se ha apoderado de casi todos los hogares, solo se ven programas de televisión, donde la violencia y el sexo campan por sus respetos y que en las familias es motivo de discusión y a veces de disgustos. Ahora que ha salido esto del sexo se puede aprovechar para tratar algo sobre esta materia tan en moda, como tan desagradable. En el siglo pasado era una materia tabú, tanto que los padres procuraban que sus hijos pequeños no vieran el apareamiento de los animales en la calle, esto es un gran error por parte de todos. No se trata de que los niños vean o no vean, pues, si se lo prohiben, lo buscará con más curiosidad; se trata de dar a los niños una educación sexual adecuada, y que lo que sepan, sea porque se lo dicen los padres, y no los amigos u otras personas que pueden hacerlo con malicia. Hoy, ya, con normas modernas de educación, aún dentro de la familia, la educación sexual se practica en el hogar, y los padres orientan a los hijos sobre esta materia, pero les orientan con cuidado, no como las señoras sexólogas o no sexólogas que hablan de sexo y a veces convierten sus charlas o sesiones en verdaderas sesiones de pornografía. No quiero citar nombres, porque todo el que vea la televisión lo habrá observado. Hay días que casi todos los canales de todas las televisiones públicas y privadas tienen programas de sexo o de violencia, sobre todo a las horas que puedan verlas los niños. Pero es que ha surgido en el mundo una gravísima enfermedad: el SIDA, que obliga a los gobiernos y las autoridades a hablar de esta materia, de ahí el famoso "póntelo, pónselo" de la no menos famosa ministra. Es que esta horrible enfermedad ha hecho que en el tercer mundo haya vuelto a emerger la tuberculosis, que ya se consideraba erradicada y de hecho lo estaba, pero los sanatorios antituberculosos que habían cerrado, por falta de enfermos, han vuelto a abrir y tienen bastantes inquilinos.
   Dejando esta materia, que surgió por ser tan de actualidad, procedamos con lo de la cultura. Entre los vecinos de algunos, más bien muchos pueblos, sólo hay una casa donde se compra y lee un periódico. La juventud en gran parte lee poco, pues, entre la televisión y los deportes, sobre todo el fútbol, pasan las veladas y los ratos de ocio. Otros muchos las pasan en las discotecas, esos centros de ruido, alcohol y tal vez otra cosa peor, pero sobre todo el ruido. Es tal y tan ensordecedor, que otra cosa peor, pero sobre todo el ruido. Está probado científicamente, que el oído humano no aguanta esos decibelios. Si esto sigue así, y no se pone remedio, nuestros jóvenes tendrán problemas de audición antes de los cincuenta años, pues en las discotecas por la noche y aguantando las sirenas y las motos por el día, ¿quien es el que resiste eso? Dicen que la capital de España es la más ruidosa del mundo, después de Tokio. ¿Pero, por qué las autoridades no ponen remedio? Ya hubo un alcalde que intentó algo, pero consiguió poco. O sea, en las ciudades se prohiben las señales acústicas, y sin embargo, se permite que las motos circulen a toda velocidad, sin usar el silenciador que es o debe ser obligatorio. Bueno, circulan a todo trapo y además por las aceras, y no pasa nada; aquí nunca pasa nada. Que el Gobernador del Banco de los españoles se larga y hunde a un montón de pequeños ahorradores y no pasa nada. Que un director general engaña a todo un gobierno durante siete años y se hace multimillonario... y no pasa nada. Que un  banquero hace los grandes negocios a costa de pequeños accionistas y no pasa nada. Que un listo promueve miles de viviendas para humildes y honrados ciudadanos y se larga con los millones y va y les deja sin casa y sin sus ahorros... y no pasa nada. Que expropian a un gran empresario y destruyen miles y miles de puestos de trabajo, cuesta al contribuyente unos billoncejos con B de barbaridad... y no pasa nada. Esto es remedando a un simpático actor del Un, Dos, Tres, que decía eso de NO PASA NADA y NO PASA NADA.
   Siguiendo con esto de la contaminación acústica; se oyen esas sirenas de las ambulancias con esos silbidos agudísimos que me parece que tienen que perjudicar al enfermo. ¿Es que no se puede evitar eso? Y qué me dicen de los repartidores de butano, tirando las bombonas a larga distancia con un ruido que parece un bombazo. Pero ¿qué hacen los verdes, esos verdes que pretenden hasta presentarse a diputados? ¿Por qué no intervienen y denuncian los casos de contaminación? Y ¿por qué las autoridades sanitarias no intervienen para convencer a las ambulancias que ese ruido perjudica a los de fuera, pero sobre todo al enfermo? Se publicó un artículo sobre la contaminación ambiental producida por los tubos de escape de los coches y, sobre todo, de los autobuses y más el de las calefacciones de carbón. Hay que ver por las mañanas, a la hora que se encienden las susodichas calefacciones, sobre todo las de los establecimientos oficiales, esas enormes columnas de humo que llegan hasta el cielo y lo ennegrecen. Si sales de Madrid. verás, desde una gran distancia, una nube enorme que envuelve a la capital. Esta contaminación perjudica a las vías respiratorias y es fatal para los asmáticos y bronquíticos, pero solo ataca a las referidas vías respiratorias, pero es que la contaminación acústica ataca al cerebro, eso es mucho peor. Es muy gracioso, que en una entrevista. de esas que se celebran en la televisión y en la radio, un interlocutor decía que el culpable de la contaminación y de la falta de lluvia era el gobierno. Se echaron a reír; pues, sí señor, la culpa de la contaminación y de la capa de ozono la tiene el gobierno español y todos los gobiernos del mundo, como el del Brasil, con sus bosques del Amazonas llamados el pulmón del mundo y que están talando para construir edificios y están masacrando a las tribus que habitan en esos bosques que constituyen para ellos su vida.
   Por hablar de esto del sexo y la contaminación, creo que se ha perdido el hilo de lo que se estaba tratando, que era de la expansión y recreo. Se ha hablado de los juegos de los mayores, pero los niños tenían también sus juegos y diversiones como las canicas, la peonza, las tabas a la una anda la mula, a las dos anda el reloj, etc.
   Hemos visto las diversiones y juegos de café, estos eran más de la clase media, la alta no alternaba en los cafés, y la media baja buscaba su diversión en la taberna, donde se despachaba el vino con algún aperitivo; era muy corriente la raspita de bacalao y algún fruto seco, cacahuetes, por ejemplo y arenques.

Indumentaria


   La prenda más generalizada en los hombres era la chaqueta de pana o el traje de esta tela, porque los trajes de paño fino era para los señoritos que lo usaban, sobre todo para ir a la capital. Como prenda de abrigo, se usaba la clásica pelliza, desde la más sencilla de paño, como la más elegante de cuello y forro de piel. El abrigo era para los señoritos, o sea, los ricos. También se usaba el famoso tapabocas más largo que ancho y rematado con unos flecos, era una prenda muy práctica. No era ese tapabocas pequeño, como bufanda que se usa mucho ahora, sino el largo que se ha dicho. Ese con el que se enganchó el señor que iba a la Unión. Resulta que el camino que va de Villavicencio a La Unión, está lleno de zarzas de un lado y otro y ese señor venía de noche por ese camino y se enganchó en una zarza de modo que no podía soltarse, y creyendo que alguien le agarraba, decía: quieto, hombre que soy... aquel. El tapabocas largo que se dice antes, también tiene su anécdota. En la Plaza Mayor de Valladolid, ahora hay un comercio, había un café de lujo que se llamaba "El Cantábrico" y tenía las puertas giratorias que se ven en muchos establecimientos. Pues bien, entró un señor de Villavicencio con su tapabocas largo y se enganchó en la puerta, de forma que no podía salir ni entrar; pueden figurarse la risa de los de dentro y los de fuera al ver al pobre hombre en esos apuros. Si se hubiera llevado la pelliza probablemente no le hubiera ocurrido esto.
   Sigue la indumentaria. La femenina era muy típica y un poco complicada. Las mujeres usaban el bonito "rodao" que era una falda larga y de un tejido muy fuerte y se supone que de mucho peso, y sobre el rodao una falda fina. Como prendas superiores una blusa, y para abrigo la pelerina, una especie de capita corta y muy airosa. Esta palabra no existe en el diccionario, no sé de donde habrá salido, porque en Villavicencio se habla muy bien el castellano. No existían entonces los abrigos, sobre todo para la clase media, el abrigo era el mantón una especie de capa muy fuerte y que debía pesar lo suyo, aunque también abrigaría mucho. Eran necesarias estas prendas de abrigo, para protegerse de las nieblas y fríos de la meseta norte que duraban mucho. Como prenda de cabeza usaban el pañuelo atado debajo de la cara, ese pañuelo tan característico de las mujeres de Castilla.
   El calzado, aparte de las zapatillas de estar en casa, se usaban esas botas altas de innumerables botones que llegaban casi hasta la rodilla y se abrochaban con el abrochador, que era ese artilugio que terminaba en un arco pequeño que cogía los botones. Aunque las abarcas son típicas de la montaña, se usaban mucho, primero para protegerse del agua y también para el frío, pues mantienen el pie muy caliente. Había señores que no se las quitaban en todo el invierno. Otro calzado que se usaba poco eran los chanclos para el agua. Los zancos, que se dice allí, no son para el agua sino palos altos para juegos de equilibrio, así lo define el Diccionario.

Los Peinados


   Se habla del atuendo masculino y femenino y no se dice nada de los peinados, cuando una cabellera bien cuidada es uno de los adornos y signo de elegancia de ambos sexos.
   El peinado de la mujer era muy variado, empezando por el atusado y tapado con un pañuelo que usaban las más seguidoras de las tradiciones antiguas. Como iba tapado no se puede saber cómo era su peinado.
   El típico peinado era el de las coletas, esas preciosas y largas coletas que hoy todavía se ven y que tanta gracia dan a las jóvenes que las llevan y cuando las sueltan se convierten en una blonda cabellera.
   También se llevaba lo que se llama la coca, esa especie de rueda pequeña alrededor de la cabeza, que aún hoy se ve en algunas mujeres mayores.
   Otro peinado era el moño; se recogían el pelo en la parte posterior de la cabeza, formando una especie de bola, y sujetándolo con una goma o también con unos lazos de tela de varios y vistosos colores. Hoy también lo llevan algunas señoras de la cuarta edad, no digo de la tercera, porque ya suelen rebasarla con bastantes años. Hay que ver a esas jovencitas que pasan de los ochenta con una carga de anillos y sortijas que casi no pueden con ellas, como si el peinado y las alhajas les quitaran los años y les devolvieran la juventud.
   Otro peinado era la melena; este peinado era entonces exclusivo de las mujeres, pero ahora los melenudos la usan más larga, y no se sabe si es masculino o femenino el sujeto que la lleva.
   El peinado de los hombres era el pelo cortito y algunos se pelaban al rape o por comodidad o por gusto.

Religión

   Villavicencio fue siempre un pueblo eminentemente religioso. Fue y lo es, pues hoy en día conserva esas buenas costumbres de asistir a la misa de los domingos y como veremos más adelante a otras prácticas religiosas. En algunos diccionarios al hablar del pueblo lo definen casi sólo por el número de sus iglesias y sacerdotes que había, así el diccionario Madoz dice: un pueblo de 208 casas, la consistorial, un Priorato que perteneció a las monjas benitas de Sahagún, tres iglesias y sacerdotes, Santa María, San Pedro y San Pelayo con cura y sacristán. Son de una religiosidad admirable. Primero: el mes de Mayo se dedica a la Santísima Virgen. El retablo del altar mayor de Santa María se cubre con lo que llamamos el trono, con unos cuadros azules, obra de los grandes artistas del pueblo, que había varios Estos cuadros formaban ese magnífico trono y en medio de ellos La Inmaculada. Supongo que hoy seguirá  poniéndose lo mismo. Las Flores o sea el acto religioso dedicado a la Virgen todo el mes de Mayo. No hay palabras para describir la belleza y el fervor de las Flores. Las señoritas más guapas y de mejor voz formaban un coro que cantaba esas preciosas canciones o motetes a la Virgen, como:


Venid y vamos todos,
con flores a María,
con flores a porfía,
que madre nuestra es.

Y otras más o menos del mismo estilo.
   Como se ve el mes de Mayo era dedicado a la Virgen y el de Junio al Sagrado Corazón de Jesús. También se celebraban actos religiosos en honor del Sagrado Corazón de Jesús con gran solemnidad.


Las Primeras Comuniones

   En Villavicencio, como en todos los pueblos del mundo católico, los niños, al cumplir los siete años más o menos, hacían la Primera Comunión.
   Los sacerdotes en sus parroquias preparan a los niños durante el tiempo que les parece suficiente para que tengan la idea más exacta que esto significa.
   La Primera Comunión para el niño es una fecha señalada e inolvidable: señalada por lo que significa, e inolvidable porque además de sacramento hay unos detalles que no se le olvidarán jamás y constituirán un grato recuerdo para el niño.
   Lo primero el traje. A las niñas las visten con un traje blanco, como a las novias y a los niños con traje marinero o de etiqueta infantil. Los dos, el niño y la niña, llevan el librito de nácar que es de verdadero lujo y el bolso o limosnera que se llama, en el que cogen las limosnas, o sea las propinas que les dan los familiares y amigos.
   Después de las visitas llegará el momento del descanso y el banquete, que constituye, no sólo la reposición de fuerzas, sino también el alivio de tanto ajetreo como se han traído toda la mañana.
   Puede suponerse cómo será el banquete, algo parecido al de una boda, cada uno según sus posibilidades; es como la Nochebuena, que se convierte la fiesta religiosa en una fiesta profana donde abundan los manjares más caros y selectos todo regado con buenos vinos, licores y espumosos.
   De todo esto se deduce que muchas fiestas religiosas se aprovechan para convertirlas en fiestas profanas de sabor pagano y color cristiano.
   Después de Junio ya no hay festividades o actos religiosos de mayor importancia. Sólo la fiesta solemne de Nuestra Señora de Agosto, o sea, La Asunción de Nuestra Señora, una de las festividades más importantes de la Iglesia y la principal de la Virgen, que se celebra en todo el mundo cristiano, que significa la Santísima Virgen subió al Cielo en carne mortal.
   El mes de Octubre era el mes del rosario y sigue siendo en todos los pueblos cristianos. Se rezaba el rosario todos los días, y los domingos se hacía por las calles. Qué fervor y qué devoción demostraban los vecinos del pueblo en el rezo del santo rosario. Hubo un gran promotor del rosario que se llamaba el Padre Pleyton, no se que nacionalidad era, sólo que viajó por casi todas las partes del mundo recomendado y del rezo del rosario. Antes, en el régimen anterior, el párroco de la Iglesia del Jefe del Estado y también de la del Buen Suceso de Madrid, iglesia de estilo neoclásico, de una belleza y valor artístico incalculable, y que fue destruida por una inmobiliaria para levantar otra funcional, con todos los adelantos modernos, como calefacción, acondicionamiento de aire, mobiliario ultramoderno y cómodo, un órgano último modelo, pero de un valor artístico nulo. Sólo dejaron a la morenita, la Virgen del Buen Suceso en un nicho en la pared y el atril, pieza muy valiosa, que debe ser de mármol o de alabastro. El párroco del Buen Suceso rezaba el rosario por el Paseo de Rosales y Parque del Oeste de Madrid y venían de todos los barrios y aún de los pueblos limítrofes., resultando una manifestación de amor y devoción a la Santísima Virgen. Este párroco tenía grandes cualidades, era un gran orador, con voz de tenor y una piedad digna de un santo. Así lograba reunir a una gran masa de fervorosos cristianos y fervientes devotos del Santo Rosario.
        El mes de Noviembre era el dedicado a las ánimas del Purgatorio. En este mes el fervor de los cristianos era excepcional, pues el que más o el que manos tiene familiares por quien rezar y ánimas que recomendar a Dios. Había un acto religioso por la tarde con el rezo del rosario y las preces correspondientes. No podía faltar la música fúnebre de los difuntos que decía así: Que Dios las saque de penas y las lleve a descansar. Que Dios las saque de penas y las lleve a descansar. Que Dios las saque de penas. Y las lleve a descansar. ¡Ay, Ay, Ay, Ay! Un señor que habitualmente vivía en Valladolid, al oírlo decía: parece que estamos en la Catedral de Valladolid. Así eran de solemnes los cánticos por los difuntos. Creo que esta memoria dedicada a los difuntos, es costumbre en todos los pueblos, porque en las ciudades, sobre todo en las grandes ciudades, sólo la practican las personas mayores, porque la juventud, además de no tener tiempo, pasa de esas ceremonias y ritos y dedica su tiempo a otras cosas.          Una de las prácticas religiosas más notables del pueblo es la Semana Santa o Semana Mayor, precedida de la cuaresma y ésta del carnaval. Comencemos por el carnaval. Era un jolgorio de tal magnitud que grandes y pequeños lo disfrutaban pensando que después venía la cuaresma con sus privaciones y penitencias. Esto de una manera más o menos parecida, pasa en otras religiones, como la mahometana con el famoso Ramadán, que se privan de comer o beber durante algunos días u horas, pero después comen y beben por los días que no lo hicieron. En otras religiones también tienen otros ritos y costumbres parecidas ya que los usos y costumbres de las distintas creencias se asemejan bastante. Los carnavales tienen fama en varias ciudades de España y del mundo. Todos conocen los famosos carnavales de Río de Janeiro con los desmanes y fiestas interminables que allí disfrutan los naturales del país y los turistas, que suelen ser muchos. En España son famosos los carnavales de Cádiz y los de Tenerife, y en los demás pueblos también los celebran con juerga y siempre con alegría. Los carnavales finalizan con el entierro de la sardina, una ceremonia plena de juergas y llantos. Se ven a las plañideras llorando por su sardina y los asistentes al entierro comiendo y bebiendo a la salud de la difunta y para cumplir el dicho de que "el muerto al hoyo y el vivo al bollo". Los disfraces eran de lo más variopinto, pero hubo uno que llamó extraordinariamente la atención; dos jóvenes se disfrazaron con neumáticos de las ruedas de los coches y no se dieron cuenta de que los neumáticos no transpiran, y al poco tiempo se sentían ahogar y tuvieron que quitárselo a toda prisa. Estos dos jóvenes eran el alma de la fiesta, de ésta y de todas las demás. Los niños también se disfrazaban de lo que mejor les parecía a ellos y a sus padres.
        En los cuarenta días de la cuaresma, hacían la pasión con personas que daban los distintos pasos; esto se llamaba la Tercera Orden, no sé que raíz tendrá esto de "Tercera Orden", tal vez en los archivos del Ayuntamiento haya algo sobre esto, o si tendrá alguna relación con la Tercera Orden Franciscana. Todos los pasos se representan al vivo, o sea son los hombres, principalmente los jóvenes, los que hacen los distintos pasos. Está muy expresivo el de los Azotes a la columna, y no menos real, la cruz a cuestas; un joven que con una gran cruz, da la vuelta a la iglesia, representando el calvario de catorce estaciones. Había catorce cruces de gran altura y varios metros de perímetro y estaban colocadas alrededor del pueblo y que muchos devotos iban a rezar el calvario a esas cruces, como señal de penitencia. ¿Qué se hicieron de esas cruces de tanto valor, tanto por el sentimiento religioso, como por el material? ¿Hay que atribuirlo a desidia o abandono por parte de quien corresponda o ha sido un rasgo de excesiva sapiencia, como la desaparición de la torre del caño?

La Tercera Orden
   El ilustre periodista vallisoletano, nacido y criado en Villavicencio D. José Ignacio Foces Gil ha publicado recientemente un libro sobre la Tercera Orden. Dedica este maravilloso libro a su hija Paula y a todos los niños de Villavicencio, para que mantengan vivo el recuerdo de las tradiciones de Villavicencio.
   Es este libro la historia de cofradía que se llama La Tercera Orden y El Descendimiento de Villavicencio. Es, digámoslo así, la Pasión de Cristo en vivo, con todos los pasos representados por los hombres de Villavicencio y con una realidad que invita a la devoción y al recuerdo.
   Se describen con exacta precisión todos los pasos con los que los realizan, todos naturales de Villavicencio y cofrades que llevan a cabo las distintas escenas de la pasión.
   Es admirable la devoción y recogimiento de estos hombres que van paso a paso recordando lo que daba Jesús. Lo que extraña es que no se cite el calvario de las catorce cruces de piedra que había en las afueras del pueblo; unas cruces de piedra con una base muy ancha y el perímetro de los brazos mediría más de un metro. ¿Qué se ha hecho de ese conjunto de obras de arte? ¿Han corrido la misma suerte que la maravillosa torre del caño con sus cuatro caños, sus cuatro poyos y sus cuatro acacias? Al quitar esas acacias se han cometido cuatro faltas ecológicas, pues hoy quitar un árbol está considerado como un desafuero contra la Naturaleza. Ya se encargan los pirómanos de quemarlos por miles.
   Hace unos setenta años el ilustre maestro del pueblo, D. Jerónimo Muñiz, hizo que cada niño plantase un árbol y hoy de esos árboles no queda ninguno, aunque han sido plantados otros que forman una pequeña alameda al lado del puente de hierro.
   Esto del calvario se hacía los viernes de cuaresma. Ya se ha dicho que la cuaresma empezaba después del carnaval. El Jueves y Viernes Santo tenía lugar la famosa ceremonia, si así se puede llamar, de las TINIEBLAS. Esto más que acto religioso era un jolgorio para grandes y pequeños. Se reunían al salir de la iglesia los mozos del pueblo con las matracas, unos artefactos de madera que producían un ruido difícil de describir, los pequeños con las carracas y otras más pequeñitas que se llamaban grillos, y cuando se apagaba la luz, o sea la última vela llamada la vela María, se producía el fenómeno atronador de LAS TINIEBLAS.
   El Viernes Santo se celebraba la procesión del Entierro de Cristo o la procesión del Entierro que se celebra en todos los pueblos de España, procesión con que culmina la Semana Santa. Esta procesión se caracterizaba por la gran devoción que mostraban los vecinos que acudían a acompañar al Señor. Salían varios pasos: el del Santo Cristo en la urna, una preciosa imagen dentro de una urna de cristal, La Dolorosa o La Piedad, no la Piedad de Miguel Ángel, maravillosa escultura de la época "el trío del cuatrocento" Miguel Ángel, Leonardo da Vinci , el famoso autor de la Gioconda, cuadro admirado en el mundo entero y Rafael. La imagen de la Piedad se venera en todos lo templos cristianos y en Valladolid y Medina de Rioseco, famosos lo dos por las Semanas Santas, se conservan las imágenes de la Piedad.
   La ciudad de Valladolid encargó al ilustre imaginero Gregorio Fernández una imagen de la Piedad y resultó que sobresalía un pie muy grande, y por eso la llamaron la zapatona y se la vendió a Medina de Rioseco, y hoy se venera allí. También se puede ver una Inmaculada preciosa en un altar de la iglesia de San Marcelo de León. Las Semanas Santas de estas dos ciudades tienen mucha fama en España, claro, no las vamos a comparar con las de Sevilla o Málaga, pero no se puede olvidar aquellos sermones de las Siete Palabras que pronunciaban los más famosos oradores de entonces. Ningún vallisoletano puede olvidar aquellos sermones de las Siete Palabras del Padre Laburu, que en la Plaza Mayor reunía las mayores multitudes que se pudieran ver en la ciudad.
   Terminada la cuaresma, llegaba la Pascua, fiestas y rosquillas y la bonita procesión del encuentro; será de las procesiones más características del pueblo. Salía la imagen de la Virgen por una calle acompañada de algunos fieles, y por otra la imagen del Niño Jesús con otros, y en un lugar determinado se encontraban las dos, era un momento emocionante y de gran devoción. Y aquí termina la Pascua de Resurrección, la fiesta más solemne de la Cristiandad, pues, como dice San Pablo: "Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra religión, pero Cristo resucitó."
   Ya se ha tratado todo lo concerniente a religión, pero hay algo que no se puede omitir y son las visitas pastorales o las del Sr. Obispo que iba a confirmar a los niños del pueblo. Villavicencio, como se ha dicho, pertenecía a la Diócesis de León y por tanto el Obispo que iba a confirmar era el de León. Pues bien, fue el Obispo al  pueblo y como este es muy piadoso quiso recibir al Sr. Obispo con todos los honores y con músicos y danzantes que llevaban esos trajes ceñidos, propios de los bailarines y que se parecían un poco al de los toreros; el Prelado que los vio montó en cólera, vamos no es que montase en cólera, pero empezó a protestar y los vecinos, al verse decepcionados y casi despreciados, se fueron cabizbajos a su casa y dejaron al Obispo casi solo. Esto son reminiscencias de la Edad Media en que el clero hacía y deshacía y el pueblo doblaba humildemente la cabeza. Hoy ya no es así, porque se critica al clero, a obispos y hasta al Papa; no es que se haga una crítica destructiva, sino que se exponen las razones y no se permiten las arbitrariedades.
   En esos tiempos de la Edad Media, como se ha dicho, el clero hacía, deshacía y tomaba y dejaba a su antojo, y sus bienes eran de tal magnitud, que superaban los del Estado, ya sea por las donaciones de personas piadosas de los bienes propios, bien o mal adquiridos, ya por las propiedades que ellos tenían. Estas donaciones se hacían por lo general por los ricos, que, o bien les remordía la conciencia, por su rara adquisición, o bien, porque no se los podían llevar en ese viaje sin retorno, y por tanto se los dejaban a la Iglesia.
   Pero llegó el tío Paco con la rebaja. Hacia el año 1.854 un Juan Alvarez Mendizábal (Juan y Medio le llamaban, porque era muy grandón) se conoce que estaba versado en Historia y, siguiendo el ejemplo del monstruo Enrique VIII de Inglaterra, que cuando vio sus arcas exhaustas se dijo: "¿De dónde sacaré el dinero para reponer mis arcas tan vacías?, pues se lo pediré o expropiaré al que lo tiene. ¿Y quién lo tiene? La Iglesia, pues a por ella", y así lo hizo. Se ha dicho del monstruo Enrique VIII de Inglaterra y esa afirmación hay que demostrarla. Aunque queda demostrada por el hecho de haberse proclamado Rey y Papa, como jefe espiritual de su pueblo. Ese cisma perdura y perdurará más que la posesión del Peñón de Gibraltar para ignominia y ludibrio de España y del mundo.
   Decía que había que demostrar que Enrique VIII fue un monstruo y la historia lo demuestra, además de ser el autor del mayor cisma de la Historia, asesinó a varias reinas, bastantes cancilleres y a un gran número de nobles.Su crueldad no tuvo límites, pues a partir de aquel famoso NON POSUMUS del Papa, al negarle el divorcio con Catalina, para casarse con Ana Bolena, a quien también asesinó, su crueldad fue notoria.
   La expropiación fue el mayor expolio y robo cometido en la historia de España, y las consecuencias las hemos sufrido durante tiempo, ya que, como siempre, el que ha salido beneficiado ha sido el rico y así, los conventos que poseían verdaderos tesoros artísticos fueron a parar, por cuatro reales, a manos de cuatro ricachos. ¿Quien compró el maravilloso convento de Villavicencio que perteneció a las Benitas o Benedictinas de Sahagún que tiene una gran extensión y es una obra de arte y tal vez conservara obras de importancia? Lo raro es que una reina tan católica consintiera ese latrocinio. Pero así se escribe la historia que, a pesar de enseñarnos tantos casos de injusticia social, todavía sigue siendo ésta el cancer de la sociedad, refiriéndome, no sólo a la sociedad de España, sino a la del mundo.
   Bueno, seguimos hablando de religión. Ahora hay un capítulo importante, "las Misiones". No sé, cada varios años iban unos misioneros franciscanos a dar las misiones. Estas consistían en una especie de retiro espiritual del pueblo; era aproximadamente una semana de varios actos de culto, que se caracterizaban principalmente por los sermones. Allí verías a esos frailes de manga ancha con voz de tenor o bajo, predicar sobre todo los Novísimos: Muerte, Infierno, Gloria y Juicio. Señores que te metían el alma en un puño, de esta no se salva ni el párroco que era un santo canonizable, todos al infierno. Se conoce que no habían leído la obra del P. Luis Getino "Del número de los que se salvan", libro que estuvo en el Índice (el Índice era la lista de los libros prohibidos) y no llegó a publicarse. Entonces tampoco vivía el ilustre Cardenal D. Vicente Enrique y Tarancón que decía: "Cristo es el Salvador, no el condenador".
   Estos son, como se ha dicho, vestigios del siglo pasado, entonces el clero lo absorbía todo, lo veía todo, lo fiscalizaba todo, más que la terrible Inquisición, que, dicho sea de paso, fue abolida por el Rey Fernando VII, algo bueno tenía que hacer el "Deseado". Estos misioneros dejaban una Cruz grande, en la que figuraba la fecha y algún dato más sobre las misiones.
   En aquellos tiempos. tener un hijo cura era el desideratum de todas las madres, y así se daba el caso de esos curas de misa y olla que sólo pensaban en la hora de recoger los dineros (las perras gordas) ponían el bonete en la mano y los feligreses echaban la limosna.
   Había un cura en un pueblo que decía a los amigos jóvenes: no te hagas cura. Pero había curas muy buenos, como el párroco, de una acrisolada virtud y santidad acreditada, que era la admiración del pueblo y era querido y respetado por todos. No hay duda que a este ministro de la Iglesia se le debe mucho de la virtud y buenas costumbres del pueblo.
   Además del párroco, había un coadtutor llamado D. Ángel que le ayudaba en las tareas religiosas. Era un señor simpático, al que querían, como al párroco, pero además era un gran orador, tenía dotes para ello, una voz de tenor, buena presencia y don de gentes.
   El párroco tenía sus costumbres diarias; salía de la iglesia con la bolsa del cáliz en la mano y se dirigía a su casa que estaba en la plaza del caño y allí seguiría trabajando, bien estudiando o bien preparando sus próximos sermones o pláticas. Era D. José Barrón; no puede omitir ese nombre, porque es una figura ilustre en Villavicencio, y por tanto, justo es que se le recuerde y quede su  nombre para ejemplo y modelo de los curas modernos.
   Hubo otros curas más o menos virtuosos, anteriores a los tiempos de D. José y que dejaron también ejemplo de virtudes y ciencia, como D. Eladio, cura anterior a D. José y que se remontará al siglo pasado.

Seguridad Ciudadana
  La seguridad ciudadana estaba garantizada por un escuadrón o una escuadra de la Guardia Civil de Caballería. Había que ver los guardias jinetes en sus preciosos caballos, con sus arneses limpios hasta la exageración y sus sables brillantes y bien bruñidos patrullar por el pueblo y también pueblos limítrofes, ya que el puesto de Villavicencio vigilaba a varios pueblos de alrededor. No es que fuera necesario, pues en este pueblo no se cometían delitos para ser perseguidos por los guardias, únicamente alguno contra la propiedad, muy corriente en aquellos tiempos de tanta necesidad.
  Pero bueno, aunque no tuviera que intervenir, siempre era medida preventiva para evitar infracciones de cualquier tipo. Entonces no existían esas hordas juveniles, que los fines de semana, arrasan lo que pueden y con sus litronas invaden las calles de las ciudades. Villavicencio siempre fue un pueblo tranquilo, por algo, como dice su nombre es un pueblo de caballeros.


Fiestas Religiosas

   La fiesta del pueblo es el Cristo (la exaltación de la Santa Cruz). No sé de cuando data esa fiesta, ni por qué es la primera del pueblo. Ese día se tira la casa por la ventana, como suele decirse. Comienza la fiesta la víspera, ya se dice que "por las vísperas se conocen las fiestas". Hay una función religiosa, las vísperas que se llaman, en la que se reza el oficio divino que lleva su nombre, debe haber también algo de fiesta profana, como bailes y otras diversiones que se prolongan hasta bien entrada la noche. Esta fiesta que es el catorce de septiembre es la típica de los pueblos de Castilla.
   La fiesta comienza por la mañana con una Misa Solemne, oficiada por varios sacerdotes, generalmente del pueblo y de los pueblos vecinos o con los sacerdotes amigos de los del pueblo. A esta Misa asisten todos, hombres, mujeres y niños, vestidos con sus mejores galas y después cada uno se va a su casa donde tendrá el banquete que sus posibilidades le permitan. Suele haber invitados de amigos de otros pueblos hasta de familias enteras. Después de la comida los hombres van un rato al café, a media tarde se celebra la corrida que suele ser de vaquillas de la ganadería de Villalogán, que está muy cerca del pueblo. Esta corrida es la gran diversión del pueblo, pues torean los jóvenes, los viejos y hasta los niños; se contrata a esos muletillas que van por los pueblos actuando en las distintas capeas que se celebran. Había un torerillo muy famoso en los alrededores y que no digo su nombre, porque todos le conocen, que tenía en su cara las cicatrices de sus cogidas. Eran muy divertidas estas capeas, porque había cogidas y revolcones, pero sin mayor importancia.
   La plaza de toros, el coso o el redondel, porque de todas estas formas se llama, se preparaba de la siguiente manera: Se colocaban los carros uno detrás de otro, de modo que la vaca no pudiese entrar y así quedaba formada la plaza de toros. Es muy corriente esa forma de las plazas en los pueblos. Ahora se hace con tractores y es más cómodo y más seguro. También hay plazas móviles que se alquilan, pero eso es para los ayuntamientos ricos, que no suelen ser muchos y no para los pueblos pequeños.
   Cuando no había corrida de vacas, se preparaba un baile en la plaza que duraba hasta bien caída la tarde. Este baile era muy concurrido porque además de los jóvenes del pueblo, asistían los forasteros invitados con sus familias. A estos bailes no asistían los ricos, pues, parece ser que estos eran para la plebe. Las personas mayores, las de tercera edad, como se dice ahora, asistían al baile como meros espectadores, pero se lo pasaban muy bien, comentando o criticando, que eso se da muy bien a las comadres.
   Por la noche se celebraba el baile de salón; había sociedades, una lo celebraba en uno y otra en otro, pues había dos. Estos bailes con organillo eran muy divertidos, se hacían con organillo, porque la banda de música fue posterior.
   Las sociedades debían tener unas normas muy estrictas, porque al que no era socio, no le permitían la entrada y creo que los socios abonarían la cuota correspondiente.
   En la procesión del Cristo figuraban los cofrades, pues había una cofradía y formaban en dos filas, una a cada lado de la calle; iban luciendo la bonita y airosa capa negra, hoy en desuso, pero no por eso deja de ser de mucho abrigo y más elegancia, recordando los tiempos pasados en los que los hombres se tapaban con el embozo en sus aventuras amorosas o delictivas; esto lo vemos bien en la famosa obra de Zorrilla, el ilustre poeta vallisoletano "Don Juan Tenorio", que aunque novela, no deja de plasmar muy bien las costumbres de la época.
   La segunda fiesta del pueblo era La Purísima, o la Inmaculada, declarada dogma de fe en el año 1.894, por el Papa Pío IX. También tenía su cofradía y sus cofrades con la consabida capa. En esta fiesta, como era Diciembre, tiempo de las castañas, las repartían o las tiraban como los confites en los bautizos. Esta fiesta, como la del Cristo duraba tres días. En esta fiesta había los consabidos bailes, de salón, ya que por ese tiempo casi siempre llovía y no podían celebrarse al aire libre, así que los dos salones hacía su negocio con el servicio de ambigú. Era costumbre que el mozo que bailaba con una moza la invitaba al ambigú, con gran profusión de toda clase de dulces y pasteles, que ya sabemos que en este pueblo los hacían muy bien.
   Otra fiesta de primera clase era la de la Asunción de Nuestra Señora, el 15 de Agosto. Es una de las grandes fiestas de la Virgen, por no decir la principal, que sí lo es en todo el orbe cristiano, por eso no podía ser menor en Villavicencio.
   En algunas ciudades es lo que llaman la Fiesta de las Cabezadas, en que sale el Ayuntamiento en pleno en procesión y van inclinando la cabeza cada varios pasos. Esto debe tener cierta reminiscencia de aquello del tributo de las 100 doncellas, que exigían los árabes en ciertos tiempos. ¡Qué bonito y edificante era ver al pueblo piadoso asistir a la procesión, admirando y aplaudiendo a su paso por las calles!.
   Otra fiesta de la Virgen era la de la Natividad de Nuestra Señora, el ocho de Septiembre, fiesta de Nuestra Señora la Tramposa, porque como ya se había hecho la recolección y se había cobrado el trigo, se pagaban las deudas o trampas. No me digáis que no es gracioso el fervor del pueblo por la Virgen que hasta la llamaban la Tramposa. Son tantas la advocaciones que tiene la Santísima Virgen en todos los pueblos, como la Virgen del Dado, la Virgen de la Col, la Virgen de las Angustias y otras muchas.
   En un pueblo de León, Cabreros del Río, hay una imagen de la Virgen tallada en madera que se llama "la Virgen de la Col", porque tiene una col en la mano. Esta imagen es de un valor incalculable y, entendidos en arte, dicen que no hay más que otra en Alemania.También en este pueblo en la granja de San Antolín, otro de los reductos del expolio de Juan Alvárez Mendizábal, debe haber otra imagen de la Virgen del Dado. En este pueblo hay muchas cosas buenas y dice el refrán:

"En Cabreros del Río las hay hermosas
las peras de D. Guindo y también las mozas".
   Por algo alguien, de tierras bastantes distantes se fueron a buscar el amor a Cabreros; es que eso del amor no tiene distancias, ni límites ni fronteras.
   Pasado Septiembre, llegaba el mes del Rosario, Octubre. En este mes se celebra Nuestra Señora del Rosario, pero sobre todo se reza todos los días en las iglesias, y los domingos sale la procesión del Rosario y se reza por las calles. Es admirable la devoción de este bendito pueblo por la Virgen del rosario, puede decirse que salía todo pueblo. Me recuerda la procesión del Rosario que se celebraba en el Parque del Oeste de Madrid y a la que asistía gran parte de la población de Madrid y pueblos limítrofes, y que lo rezaba el párroco del Buen Suceso, que también era capellán de la casa del Jefe de Estado, en el régimen anterior. Era un señor que reunía todas las cualidades para el cargo que desempeñaba. Tenía una voz tenor que se oía en todo el parque y además lo rezaba con una devoción contagiosa. Todos recordarán la famosa campaña del Rosario, promovida y dirigida por el Padre Peyton que recorrió casi todas las ciudades de España y de otros países.
   Terminado el mes Octubre viene Noviembre, el mes dedicado a las ánimas del purgatorio. este mes es de gran devoción para los fieles, porque el que más y el que menos tiene algún familiar por quien rezar.
   La novena de las ánimas es de gran devoción y solemnidad en los actos religiosos, que tienen lugar por la tarde, se reza por los difuntos y se cantan motetes preciosos.
   Era tan solemne y la cantaban tan bien los mozos del pueblo, que un señor, que habitualmente vivía en Valladolid, decía: parece que estamos en la Catedral.
Ya no se celebraban más fiesta hasta La Purísima, día ocho de Diciembre. Esta era la segunda fiesta del pueblo. La Inmaculada Concepción fue declarada Dogma de Fe por el Papa Pío IX y desde entonces se celebra con gran solemnidad en todo el orbe cristiano.
   La Purísima también tenía su cofradía, parecida a la del Cristo, y también salían los cofrades con airosas capas en la procesión. En esta fiesta, como era el tiempo de las castañas, las repartían o las tiraban como los caramelos en los bautizos. Esta fiesta, como la del Cristo, duraba tres días. El más solemne era el primero, el segundo menos y casi nada el tercero. En esta fiesta salía el precioso pendón azul que solía llevarlo un mozo fuerte, pues es muy grande y con el viento es difícil sujetarlo. Tenía el que lo llevaba un cinto muy grueso y en él sujetaba el mástil del pendón y lo hacia tremolar con mucha gracia. ¡Qué bonito era aquello!
   Ya no se celebraban más fiestas hasta Navidad o Natividad de Nuestro Señor tenía una especial solemnidad, en este pueblo como en todos del mundo cristiano. Los cultos eran los corrientes, Santa Misa, Rosario y los villancicos propios de la fiesta. Todos los recordarán y creo seguirán cantándose en la actualidad. Había un coro compuesto por las señoritas más guapas y de mejor voz del pueblo, que eran muchas, pero el sacristán seleccionaba a las mejores. Los villancicos son los que se cantan en todas las iglesias, por lo menos de Castilla, como estos:

Vamos pastores, vamos Vamos a Belén
A ver en aquel niño
Las glorias del Edén
Las glorias del Edén
   No se conocía entonces el famoso villancico de: Noche de paz, Noche de amor, etc.
   Los coros cantaban los villancicos con panderetas, castañuelas y las escalerillas; no se tocaba la botella esa de anís con la cuchara que nace un ruido muy desagradable, tampoco tocaban la guitarra y la bandurria.
   El Nacimiento con las figuritas lo harían los niños que disfrutaban lo suyo adornándole con ovejitas, arroyos, molinos y demás.
   Otra de las grandes fiestas era la del Corpus; ésta, como las otras dos, La Ascensión y el Jueves Santo, han sido trasladadas al domingo siguiente, y ya no vale, el refrán "Tres jueves hay en el año que relumbran como el Sol: Jueves Santo, Corpus Cristhi y el día de la Ascensión".
   No voy a corregir a la Autoridad Eclesiástica, pero es que son tantas las modificaciones que han introducido que a veces, no sabe uno a que atenerse. Han modificado el Credo, el Padre Nuestro, y hay muchas fórmulas de la misa; pero algunos sacerdotes rezan el Credo Tridentino y también la misa de ese Concilio. Las fiestas se habrán trasladado a los domingos por razones laborales, lo que parece que está bien, pero que digan a los de Toledo o Granada que trasladen su Gran Fiesta al domingo y les dirán que no, como de hecho la celebran el Jueves del Corpus.
   En nuestro pueblo el Corpus se celebra con esas procesiones en las que va el sacerdote con el Santísimo, visitando los altares que las familias piadosas han colocado a la puerta de su casa, y rezando la estación en cada altar. Creo que todavía existe esa piadosa costumbre. Esta es otra forma de manifestar el fervor religioso de este bendito pueblo.
   En esta fiesta, como en todas la fiestas grandes, dan especial tono de solemnidad el toque de las campanas. Todos saben y conocen las campanas del pueblo; creo que tienen su nombre y además está el esquilín, llamado así, porque tiene un sonido fino, al lado del sonido grave de las campanas; así las campanas hacen tolón, tolón y el esquilín tilín, tilín. Recordaréis a un campanero que fue a fundir una campana y que hizo un horno de tal categoría que fundió el metal de las campanas.
   Las pastoradas.- La Misa del Gallo de Nochebuena era de lo más típico del pueblo, y que también se celebraba en los pueblos limítrofes, pero la más famosa de todos los alrededores era la de Valderas.
   Iban los pastores con sus zamarras animando la fiesta y se cantaban villancicos y motetes. Era un recuerdo histórico de adoración de los pastores que se realizaba en vivo, como la pasión de la tercera orden, que no es otra cosa que la pasión en vivo. Qué maravilla esos actos religiosos que ahora van cayendo en el olvido, al materializarse la vida con el hedonismo y exagerado consumismo.
   En el capitulo de las fiestas se ha olvidado una de relativa importancia y que se celebra con mucha solemnidad en toda España y es la de San Juan el 24 de Junio. De toda la fiesta lo que más destaca son las hogueras; había varias pero sobre todo llamaba la atención la de la Plaza de San Pedro; se colgaban los pellejos de vino, vacíos, claro, pero la pez ardía con unas llamas que iluminaban toda la Plaza. Era de ver como se divertía la gente, en las hogueras pequeñas que hacían los chicos, saltaban sobre el fuego como si fueran del circo. Estas hogueras eran relativamente grandes y no sé con que se preparaba una buena pira.
   En estas fiestas debían celebrarse las romerías. Salían las familias a merendar al campo donde se comía las consabida tortilla de patatas y además lo que cada uno mejor podía.

Usos y Costumbres

   Los entierros. Cuando fallecía una persona, el entierro se celebraba, como está legislado, a las veinticuatro horas del óbito y  asistía todo el pueblo, pues ya se sabe que los pueblos pequeños todos son una gran familia. Había lo que se llama el velatorio en la casa del difunto y allí iban a velarle. En él se rezaba el rosario y también había algo de comidilla, o sea, comentarios para distraer el tiempo. Pasadas las veinticuatro horas que establece la ley, se procedía a la inhumación del cadáver trasladándole al cementerio, que ahora está bastante distante; antes los cementerios estaban al lado de la iglesia, como el cementerio de San Pelayo, donde hay bastantes tumbas y todavía queda alguna cruz.
   El traslado del cadáver se hacía o bien a hombros de los familiares o bien en unas andas; no se disponía de la comodidad de las funerarias modernas que se encargan de todo, desde poner las velas del túmulo, hasta el traslado en coche del cadáver.
   Los largos velatorios de antes, ya no se estilan, pues después de rezar unas horas ante el cadáver, se van por regla general los vecinos y el féretro es introducido en una cámara frigorífica hasta la hora del sepelio. En las ciudades trasladan el cadáver a lo que se llama el tanatorio y allí está hasta la hora de la inhumación.
   Llegados al cementerio se procede a colocar el ataúd en la fosa. Esta fosa por regla general es de ladrillo y con capacidad para varios cuerpos, los de la familia. Sobre la fosa se coloca una lápida y algunos hacen panteones familiares de verdadero lujo. Tanto los panteones como las lápidas, figuran los nombres del difunto y el de los familiares con alguna dedicatoria de afecto y recuerdo. En las grandes ciudades existen los nichos en la pared, pues colocados en suelo, los cementerios alcanzarían grandes extensiones, como ya se ven en los cementerios de algunas ciudades.
   Es de hacer notar los precios exorbitantes de los entierros, vamos que lo que decía alguien, es que ya no puede uno ni morirse, sólo pueden morirse los ricos. ¿Y los pobres? Se les hará un entierro de favor y lo pagará el Ayuntamiento. ¿O no?, porque no lo van a dejar en su casa.
   Durante mucho tiempo los familiares van a colocar coronas y ramos de flores a la sepultura y sobre todo el día uno de Noviembre, día de Todos los Santos. Eso lo hacen los católicos que visitan los cementerios y colocan ramos de flores y coronas y, sobre todo, rezan, teniendo en cuenta aquello que decía San Agustín: una lágrima se evapora, una flor se marchita y una oración la recoge Dios.
   Es de admirar los panteones de verdadero lujo que hay en el cementerio; antes una cruz más o menos grande y ahora verdaderos monumentos de mármol o piedra fina, dedicados a los difuntos.
   En las grandes ciudades existe el cementerio civil, pues aunque el ochenta por ciento de los españoles se declaran católicos, y el cincuenta católicos practicantes, pero no sé si contribuyentes también, o sea, de los que pagan, para que la Iglesia sea financiada por los católicos, pues como el Estado español es aconfesional, procede que los que no sean católicos tengan un cementerio donde enterrar a sus muertos. Así existen cementerios civiles donde reposan los restos de los no católicos.
   Esto de la financiación de la Iglesia tiene algo que ver con la tan repetida amortización de Mendizábal, pues con los bienes que expropió y de los que se hizo cargo el Estado, éste se comprometió a financiar en parte a la Iglesia, pero con eso no tiene esta ni para pagar a los párrocos y menos a los Obispos, ya que, según parece, un Obispo, cobra o cobraba la ingente cantidad de sesenta mil pesetas, esto no es ni el salario mínimo de un obrero y encima los obreros, algunos piensan que el cura no trabaja. En una ocasión estaba un cura paseando con un libro en la mano y un labrador, que estaba cavando unas viñas, le dijo: ustedes no trabajan, y el sacerdote le respondió: toma este libro, apréndete esta página mientras yo cavo estas cepas. A los diez minutos el obrero se arrepintió y cabizbajo devolvió el libro al sacerdote. Hay quien piensa que sólo se trabaja con las manos.

Los Lutos

   Luto. El diccionario de la Real Academia Española define el luto como signo exterior de pena y duelo en ropas, adornos y otros objetos por la muerte de una persona. En España el color del luto es el negro, en otros países es el blanco.
   En este pueblo el luto riguroso (se decía de luto riguroso, o sea, de negro) duraba hasta tres años; bueno, los dos primeros eran de luto riguroso y el tercero de alivio-luto, o sea, las mujeres ponían algún detalle blanco o gris.
   Los hombres ponían un brazalete negro en la manga o algún detalle negro en la solapa, como un botón negro. Esto del luto ha caído en desuso y sólo en algunos pueblos o en algunas personas se mantiene. No es que se quiera aplicar aquello de que, el muerto al hoyo y el vivo al bollo, como dice el refrán, pero encima de perder a un ser querido, meterse en casa sin asistir a ninguna clase de actos que supongan expansión o alegría, parece un gran error; o sea, además de perder al ser querido, nos exponemos a poner en peligro nuestra salud. Si se lo pudieran preguntar al difunto, seguro que les aconsejaría menos rigor en la pena. Pero que le digan a una viuda o a un hijo que han perdido a su marido o a su padre que procuren expansionarse un poco y les dirán, y con mucha razón, que no tienen ni ganas ni humor para ello.
   Sólo el tiempo se encargará de borrar las penas, aunque hay algunas que tampoco el tiempo consigue borrar.
   Otra costumbre es la de las campanillas de las puertas. Estas campanillas se ponían en las puertas de los comercios y la farmacia, de tal modo que al abrirla sonaba la campanilla y el dependiente se enteraba de que entraba algún cliente. Esta costumbre data de tiempos antiguos, ya que ahora no se usa casi en ningún sitio.
   Otra costumbre muy arraigada en todos los pueblos era la de poner a los hijos el nombre de los padres o de los abuelos y el nombre del Santo del día. Esto tiene ciertas complicaciones, porque hay quien tiene dos nombres y a la hora de la verdad, no saben a qué atenerse, por ejemplo: cuando un mozo se incorpora al Ejército el nombre es el primero, aunque ahora ya se usan los dos. Hay casos en que un señor va a sacar un documento, como partida de nacimiento o de matrimonio y dice un nombre y no lo encuentran, porque en el registro figura con el otro. Y no digamos si se trata de lo que antes se llamaba el certificado de penales, que da lugar a que uno se encuentre penado por otro que tiene el mismo nombre, cuando en realidad no está penado.
   En algunos casos, como en los bancos, la cosa se complica más, ya que algunas veces coinciden hasta los dos nombres y arman el lío, aunque ahora ya no hay problema con el famoso NIF o número de identificación fiscal. Este famoso numerito hace honor a su nombre, porque te fiscaliza tu cuenta y vas a sacar dinero a un banco y si no presentas el NIF no te pagan. O sea, tienes que llevar contigo el NIF como tienes que llevar el DNI. Pero esto no es nada si se compara con lo que han hecho en Estados Unidos con lo que llaman Seguridad Social, que no es la Seguridad de los enfermos, sino lo que llaman la Social Security, sin ese número no puedes alquilar un piso, ni solicitar un teléfono, ni trabajar ni nada, o sea que esto si que es un CESID. Por lo visto en esa tierra para el Estado el hombre es un perverso.
   Siguiendo las costumbres de este querido pueblo, se puede decir que hay un crematorio que sería ahora, pero que entonces era un lugar donde se echaban los animales muertos a merced de la voracidad de los perros y buen alimento para las aves de rapiña y, sobre todo, un foco de infección para los habitantes del pueblo. Hoy las autoridades sanitarias del pueblo han evitado esto y justamente con las autoridades de Castilla y León han construido un crematorio en un pueblo, concretamente en Cabreros del Río y las infecciones, en vez de sufrirlas Villavicencio, se las encajaron a Cabreros y allí llevan todos los animales muertos al crematorio, que despide un aroma digno de una damisela. Cómo será, que los encargados del transporte de los animales muertos han tenido que ser asistidos a veces por un médico. Ha publicado la prensa algunos artículos sobre esto, pero se publican artículos, se protesta, pero lo que hay que hacer es dar soluciones. Es como cuando los terroristas cometen un atentado y los medios de comunicación, todos sin excepción, dicen: las autoridades y todos los partidos políticos condenan este atentado, pero no consiste en condenarlo, lo que hay que hacer es poner los medios para evitarlo.
   Otra costumbre muy plausible de este pueblo es el de las rogativas en tiempo de sequía. Estas rogativas consistían, como todas, en sacar en procesión a algún santo, pidiendo su intercesión para que nos cayera el agua tan necesaria como deseada. Estas rogativas no son nuevas y ya en tiempo de los romanos se hacían rogativas a los dioses, pidiendo agua. Ahora en vez de rogativas se hacen manifestaciones.
   De todo esto se deduce que la sequía, esa falta del oro blanco que tanto vale y tanto escasea, no es de estos tiempos sino de tiempos muy antiguos. Pero en tiempo de los romanos no había la contaminación que hay ahora a la que se atribuye el cambio de clima y el famoso agujero de ozono, y sin embargo no había agua.

El Mayo
   Qué bonita costumbre la del mayo. Los mozos que entraban quinta como para conmemorar este acontecimiento, ponían un árbol, concretamente un chopo, pero el más alto que encontraban en las choperas, y lo colocaban en medio de la plaza, esa plaza tan bonita que siempre se llamó "la plaza del juego pelota" y que ahora tiene otro nombre, que todos conocen.
        En la cúspide del chopo colocaban un premio, y el mozo que tuviera más agilidad o más fuerza y maña, ese se llevaba el premio.
        Son muy curiosas las costumbres de los quintos, pues además del mayo, había otras, como la de salir pidiendo, como salen ahora los estudiantes para el viaje de fin de curso. Ahora se pide para todo, y hay un día para conmemorar todo, pero pidiendo, la cosa es sacar dinero, que en todos los casos hace falta.
   En todos los pueblos de España esto de los quintos tiene gran importancia ya que afecta a las familias de una manera tan directa y tan afectiva que tienen que estar  pendiente de ello. Desde que se anuncia el sorteo hasta que se ha confirmado la suerte están con el alma en un hilo. Y no es para menos, pues el servicio militar causa tantos y tan enormes perjuicios a las familias que ya se recurre a todo. Hay objetores de conciencia, insumisos y hasta desertores, cualquier cosa menos ir al servicio militar.
   Tal importancia tiene esto del servicio militar, que los políticos lo convierten en tema de propaganda electoral, prometiendo la reducción del servicio y hasta la supresión en defensa de un ejército profesional. ¿Saben los que esto proponen qué cuesta un ejército profesional? Que les digan a los insumisos o a los objetores que les descuentan parte de su sueldo para pagar un ejército profesional, a ver si son capaces de sacrificar sus ingresos.
   Siguiendo con las costumbres; había a las afueras del pueblo una especie de laguna grande que llamaban el chaguazal, nombre que no existe y que más bien seria charcal; pues allí los aficionados a la pesca y los expertos en ella pescaban unas nutrias de tamaño muy grande, pero las pescaban a mano, nada de redes ni cañas ni otro artilugio, a mano y con las piernas al aire, pues entonces no se conocían esas botas de plástico que hoy usan los pescadores para adentrarse en los ríos.
   Otra cosa que llamaba mucho la atención y que los chicos iban a ver, si podían, eran las avutardas, esas aves enormes y que algunas veces rondaban los alrededores del pueblo, pero lejos, por si a los cazadores les daba por dispararlas. Estas aves tan grandes como bonitas revolaban por los campos lejos del pueblo, pero que también sobrevolarían alguna vez por allí.
   Lo que si volaba por las afueras del pueblo eran las palomas;había muchos palomares y por tanto muchas palomas, pero había muchos cazadores que sin respetar la veda cazaban y las metían en un saco para disimular y evitar que les multase la guardia civil y les quitase la caza.
   Hoy ya hay muy pocos palomares y si los hay están deshabitados, pues las palomas han emigrado a parajes más seguros. Sin embargo lo que abunda es el gorrión o pardal, ave muy voraz y que es perseguida por chicos y grandes y que por la noche y con una linterna los cazan a mansalva y después los venden fritos en los bares y que constituyen un delicioso manjar. Esto ya está prohibido por la Sociedad Protectora de animales y pueden ser multados por la autoridad. En algunos sitios se colocan por la noche debajo de un árbol y con una linterna los cazan a montones.
   Otra ave muy perjudicial para la agricultura, sobre todo para los árboles frutales es el tordo, al que se ahuyenta con unos petardos que hacen explosión.
   Otra costumbre era la de las cencerradas. Estos festivales se organizaban cuando se casaba un viudo o la boda era en cuaresma. Esta costumbre no se sabe de dónde tiene su origen ni de dónde procede, lo que si se sabe y se ve que es de lo más ordinario y brutal que se conoce.
   Esto no sólo es de Villavicencio sino de muchos pueblos de Castilla y otras regiones.
   Allí por los años veinticinco más o menos hubo una boda de mucho rango en el pueblo y les dieron una cencerrada de tal categoría que dejó asustados y con no grato recuerdo a cuantos la presenciaron. Ataron a los novios con una soga, como si de bestias se tratase, y deIante iban los pastores con los cencerros haciendo un ruido ensordecedor, los llevaban atados a la cintura y al andar y saltar sonaban como un rebaño de ovejas, y allí iba casi todo el pueblo. Y para que no faltase nada, llevaban un caldero con brasas encendidas, haciendo de incensario, y allí echaban pimiento, que al arder olía a demonios; todo esto en honor de los novios. Pueden imaginarse si un bromista echa pimiento en el gran turiferario de Santiago, entonces hay guerra, pero seguro que la gente se divertía.
   Esto no les podía parecer mal a los recién casados, porque lo hacían con cariño a ellos y tenían que aguantarlo. Después en el banquete ¿echarían jalapa? Pues ya está bien. Y ¿cuándo les dejarían ir a la cama?
   Hay que ver las idas y venidas que tendrían que hacer hasta que alguien se compadeciese y les ayudase para que pudieran ir al tálamo nupcial; pero hasta ahí tenían que tener cuidado, porque se exponían al espionaje. Entonces no había micrófonos ocultos ni máquinas de vídeo, pero tenían que mirar y registrar bien la habitación no fuera que algún intruso se escondiera en algún rincón. ¡Vaya bromas pesadas! Seguramente que con el progreso y ya a las puertas del siglo XXI esas costumbres habrán desaparecido y no se repetirán.

El Pan de los Pobres
   Había un señor que todos conocen, con defecto físico, ya que era manco, y que iba pidiendo por las casas con una esquila y su alforja.
   Este señor recogía el pan que le daban los vecinos y lo entregaba o bien para subastarlo o para venderlo, que no se sabe bien, el hecho es que ese pan tenía su valor y el dinero se emplearía para lo que la junta de vecinos creyera más conveniente.
   El recuerdo del manco que iba pidiendo con su esquila por las calles era muy típico, y constituye una manifestación de las buenas y cristianas costumbres de este gran pueblo de Villavicencio.
   Todas las personas mayores tienen que recordar al simpático y bondadoso manco que con su esquila anunciaba la práctica de la caridad cristiana.
   Era también una manera de conseguir algunos ingresos para poder subsistir, ya que no disponía de otros medios económicos.
   No existía entonces la seguridad social ni tampoco tenía el pueblo la residencia que hoy tiene. Entonces este simpático manco hubiera estado en esa residencia, como también hubieran estado los disminuidos físicos o mentales, como los mudos y algún maniático que todos conocen y que era la mofa de los pequeños y también de alguno mayor. No se practicaba lo que ahora tanto se publica: LA SOLIDARIDAD.

La Gastronomía
   ¿Cómo se alimentaban los vecinos de Villavicencio? En tiempos antiguos el desayuno era la típica sopa de ajo, tan sabrosa como nutritiva, sobre todo para los mayores, no sólo en Villavicencio sino en otros lugares, se desayunan con sopas de ajo y no sólo se desayunan sino que también se cenan sopas de ajo, y se explica, pues además de nutritiva es ligera para la noche, haciendo caso a lo que decía D. Quijote "como poco y cena más poco" y como dice el refrán "de grandes cenas están las sepulturas llenas".
   Es natural que se desayunase y cenase con las sopas de ajo, porque el desayuno de café con leche que hoy es de casi todas las familias, entonces no estaba al alcance de casi nadie.
   Después venía eso de echar las diez ¡vaya con las diez! Resulta que hay quien se metía entre pecho y espalda un par de huevos con chorizo y un par de torreznos y ya estaba preparado para trabajar hasta el mediodía, y claro, todo eso regadito con el rico vinillo de la tierra.
   La comida, que hoy se llama almuerzo en muchos sitios, solía ser el clásico cocido castellano más o menos abundante, según las posibilidades, y que también se llamaba puchero, sería porque se hacía en el puchero y consistía en garbanzos, tocino, chorizo, carne y a veces morcilla y un trocito de gallina y se ponía a cocer a fuego lento en la lumbre de paja, y al cabo de varias horas estaba listo para servir. De todo ese cocido salía la sopa, o sea, el caldo para hacerla, que con esa sustancia era un verdadero manjar.

Juegos

   Había un deporte, si es que se puede llamar deporte, el pequeño canódromo en que se convertían las eras. Soltaban una liebre y detrás un galgo y allí se vería correr a la liebre alocada delante del galgo, hasta que la alcanzaba. Era muy bonito, pero la sociedad protectora de animales ya no consentirá esto. Viene a cuento esa bonita ecuación que ponían en el colegio y decía: un salto del galgo equivale a cuatro de la liebre, ¿cuántos saltos tendrá que dar el galgo para que alcance a la liebre? Pero la soltaban a veces por el teso Castro y entonces sí que la carrera era larga. Vamos que, como se ha dicho, aquello parecía un canódromo, no como el de las grandes ciudades, que sueltan una liebre mecánica o de carne y hueso y detrás el galgo. Aquí, como en el hipódromo se cruzan apuestas y corre bien el dinero. Es otro de los modos de jugarse los cuartos, como si no hubiera bastante con la banca, el bingo y las tragaperras, que son la ruina de los ludópatas y el origen de muchos disgustos en las familias. Es tal la pasión por el juego que se ha dado el caso en alguna casa de quitar los hijos el dinero a la madre, cuando iba a la compra, porque se lo jugaba en las tragaperras y les dejaba sin comer; esto es verídico. Además, parece que la ludopatía ataca principalmente a las mujeres, que se llevan la palma, como también se la llevan en el consumo de tabaco; está demostrado que el número de fumadores disminuye entre los hombres y aumenta entre las mujeres; es triste ver a una madre que lleva al niño en su cochecito y en una mano el pitillo con gran riesgo de que le caiga la ceniza y le queme o por lo menos que pueda caerle en los ojos. ¡Qué vicio.! Hubo un conflicto con esto de las tragaperras e intentaron quitarlas, pero los intereses de las multinacionales pudieron más, a ver si algún día se consigue.
   La ludopatia y más claramente el juego, era o es un vicio muy arraigado en este pueblo y es muy famoso el que llamaban El Baratillero de Valderas, pueblo de vino y de juego, aunque también hay otros centros muy próximos a Villavicencio donde se juega, concretamente en Mayorga. No se jugaba a la ruleta, pero sí a la banca y a otros.
   Según los psicólogos, afirman que estudios químicos han demostrado que estos enfermos, los ludópatas, desarrollan una sustancia en el cerebro que se llama la "endorfina" que es similar a la que se suministra en otros casos y debe ser considerada como una forma más de adición.
   Al hablar de banca, no me refiero a la Banca, o sea, a los bancos donde se deposita el dinero, sino a la banca como juego. Hay una anécdota muy curiosa sobre esto de los bancos; iba un señor a ingresar una cantidad a un banco y se encontró con otro y le dijo: "iba a ingresar dinero en el banco y me han atracado", el señor le dijo: "no se preocupe, en el banco también le iban a atracar". Es de notar que vas a ingresar un talón y el banco siempre se lleva la parte alícuota correspondiente. En una ocasión un señor tenía una pequeña cuenta y tardó algún tiempo en ir a recogerla, cuando fue su dinero le había absorbido el banco por inmovilización de cuenta. Parece que tuviera algo contra los bancos, no, ni mucho menos, precisamente estoy muy agradecido a mi banco por su buen comportamiento conmigo.
   Hay otro juego que no se puede omitir y, es el de las CHAPAS. Este juego se jugaba en Semana Santa y estuvo prohibido algún tiempo. Era de ver cómo tiraban algunos a las chapas, con aquellas perras gordas tan lisas por el uso. Se preparaban varios corros y se jugaban los cuartos a base de bien.
   Siguiendo con los bancos. Después de ver esto, está demostrado que los bancos tienen un gran poder, pero son necesarios porque no vas a poner dinero debajo de un ladrillo o meterle en un calcetín. Por algo la Banca es uno de los Poderes Fácticos, es que tiene poder, como dice el refrán: poderoso caballero es Don Dinero.
   Siguiendo los usos y costumbres de nuestro querido pueblo; como ya se sabe este Villavicencio fue siempre tan religioso, y se reflejaba en todos los hechos y costumbres. Cuando el sacerdote salía de la iglesia o su casa, los niños iban a besarle la mano. Todos los niños, que entonces había muchos, iban a besarle la mano nada más que le veían.
   Otra costumbre, no tan piadosa, era la de abrir las orejas a las niñas. Hoy ya no se comete esa brutalidad, pues con los clips se arreglan.
   La costumbre de los niños, además de matar pájaros, también tiraban algunas veces a las personas, sobre todo a otros niños, con peligro de darles en un ojo. No digamos los cristales de las casas; cuantos cristales se habrán roto con los puñeteros tiradores.
   Esto que sigue más bien que costumbre es una curiosidad o curiosidades. Los mayores recordarán un relojero que iba por el pueblo para reparar relojes con un perrito pequeño y que tenía las simpatías de todos.
   Otra persona que iba vendiendo verduras y hortalizas por el pueblo era el Sr. Pío de Mayorga. Salía temprano de su pueblo y llegaba a una buena hora para vender su mercancía, que consistía en verduras y hortalizas de todas clases. Eran muy buenas, de la ribera del Cea, río que pasa por Mayorga y produce verduras para todos los pueblos de alrededor; ya sabemos que nuestro Valderaduey, no sólo no tiene verduras en su ribera, es que no tiene agua.
   Había un poco lejos del pueblo una buena huerta particular que daba verduras y hortalizas para el consumo de la familia; esta huerta se llamaba el Pozanco. Otra huerta muy grande que el pueblo la llamaba la Huerta era propiedad de un señor de allí y creo tendría de toda clase de productos hortícolas, que como es natural, eran para el consumo de los propietarios.
   Otra curiosidad era la de los títeres y el cinematógrafo en la plaza del caño; generalmente estos festivales eran en esa plaza. El cine era gracioso porque, claro, era mudo; el locutor, llamémosle así por no llamarle de alguna manera, iba explicando las escenas de carácter religioso, concretamente la Pasión de Cristo. Recordarán los mayores ese sonsonete característico del locutor, que invitaba al sueño.
   Otro espectáculo que se daba alguna vez eran los títeres; pasaban por el pueblo alguna vez unos titiriteros que llevaban algún animal, como una cabra y otros; los números circenses ya se sabían, son los que se ven ahora en las ciudades donde van con una cabra, una escalera y con una varita hacen que el animal realice las acrobacias. Estos eran los grandes números circenses que se veían en pueblo.
   También se daba el teatro ambulante. Estos cómicos, son de las compañías de teatro que, por las razones que sean, se deshacen y a veces, algunos van a trabajar con el espectáculo a los pueblos. Una de esas minicompañías cantaba la Ramona y otras canciones, pero hubo una que originó muchas protestas entre las comadres del pueblo y fue aquella de:

Y todo a media luz..
a media luz los besos,

a media luz los dos.

   Esta canción es un tanto obscena, y el pueblo puritano era difícil que la consintiese. Sigamos con las costumbres. Hay una muy curiosa y es:

El Marrano de San Antón
   Se compraba un cerdo pequeño y se le dejaba por las calles y cada vecino le echaba trigo u otro pienso para que el animal se alimentase; parece que le ponían un cascabel para que la gente se enterase que pasaba por allí el cliente y así se ganaba la vida el famoso gorrino, cerdo o guarro, que de todas estas formas le llaman y se llama.
   Al llegar San Martín, como a cualquier cerdo le llega la hora, y entonces se procedía a la rifa del susodicho cerdo. No sé cómo lo harían, el hecho es que el cerdo era un verdadero cebón de muchas arrobas y a la familia que le tocase la suerte ya tenía el acopio para el año, y buen acopio, porque de ese cebón salía de todo.
Otras Costumbres
   Había otra costumbre muy plausible y era la de cantar las mozas mientras hacían las labores de su casa. Es muy bonito pasar por la calle y oír esas voces juveniles tan agradables cantar las canciones de moda y otras no tan de moda, como "Mi Jaca", "Ay, ay, ay, ay, no te mires en el río" y aquella, tan en boga en aquellos tiempos, de Imperio Argentina que decía: La paloma que en sus alas lleva la señal del plomo que la hirió, etc.
   Otra costumbre era la de ir a las fiestas patronales de los pueblos vecinos, como Becilla, Ceinos, Villalán, Valdunquillo. Iban los jóvenes a la fiesta a casa de sus familiares y estos a su vez iban a la fiesta del suyo. San Isidro era la fiesta de Becilla y era muy animada, porque el tiempo era propicio ya que es el quince de Mayo y hace la fiesta más lucida y sobre todo más animada. Otra fiesta era la de Santa Cecilia, patrona de los músicos, en Villalán, esta era menos concurrida, porque el tiempo ya no era de primavera y había que andar de noche por los caminos. Pero a pesar de todo, iban los jóvenes a los bailes de la fiesta, ya que este pueblín esta muy cerca de Villavicencio. A Villalán le da el diccionario trescientos habitantes, pero eso sería a principios de siglo, hoy apenas si quedarán los cuatro ancianos que no quisieron o no pudieron emigrar a la ciudad, y cuando estos desaparezcan, el pueblo será uno de tantos abandonados y puestos a la venta, por si algún sabio o anacoreta quiere ir a disfrutar de la soledad del pueblo y de la dureza de su clima, muy propio para hacer penitencia.
   Siguiendo las buenas costumbres de este gran pueblo se puede hacer una pregunta: ¿por qué a los ricos les llamaban por sus nombres y a los pobres por el mote o el apodo? Todos conocen los apodos del pueblo. ¿Y por qué a los que se quería mucho se les llamaba por diminutivo cariñoso, como Santiaguín y a los que quería menos por el despectivo, como Pacote?
   Y ¿por qué algunos ricos iban a la Misa pequeña con la chaqueta rota y andrajosa, cuando los demás se ponían el traje de los domingos?  ¿Sería para destacar y distinguirse de los demás? o ¿por qué?
Los Lavaderos
   Antes de llegar el agua corriente y su alcantarillado teníamos en el pueblo los lavaderos; estos existen todavía en algunos pueblos, aparte de su utilidad, y a pesar de las lavadoras automáticas tan útiles como prácticas; es el electrodoméstico que más descanso ha proporcionado a las amas de casa. Pero es que estos lavaderos tienen la ventaja de que entra el agua por un lado y sale por el opuesto, con lo que el agua se renueva constantemente. Es raro que con lo seco de estas tierras, sin embargo nunca ha escaseado el agua, ni han tenido que poner restricciones, como en tantos pueblos de España. Antes en todas las casas tenían el lavadero de madera que llevaban las mujeres para lavar; y tienen las tablas en plano inclinado y provistas de las correspondientes rayas o estrías que facilitan el lavado. Ahora esto está resuelto con el agua corriente.
   Ya se sabe que, en tiempos antiguos, lo de lavandera era una profesión y hay en la Historia lavanderas famosas. Esto tiene su explicación. Las lavanderas, por su trabajo, desarrollaban extraordinariamente su musculatura y así eran, por lo general, fornidas y hermosas, y no era raro que, incluso personajes famosos se enamoraran de ellas e inclusive se casaran. De ello tenemos varios ejemplos a través de la Historia. También tenemos casos de muy ilustres personajes hijos de una lavandera. Es que las lavanderas, aunque sean artesanas por oficio, también son tan dignas como cualquier licenciado o científico.
Emigración e Inmigración
   En el pueblo la emigración se ha hecho notar por varias razones. La primera son los latifundios, que si no son tan grandes como los de Andalucía o Extremadura, sí lo suficiente como para que la tierra esté en manos de unos pocos, y los otros muchos sean obreros de los pocos. Ante esta situación de desigualdad, los obreros trabajaban por un mísero salario, que unas veces era pagado en especie y otras en metálico, pero ¿cuánto? Se conocen casos de que un propietario de grandes rebaños de ovejas mande a un pastor con el rebaño desde "la salida del sol hasta el ocaso" con un "cacho pan y un cacho tocino" para todo el día. así se hacen los ricos, a costa del pobre que, como dice Machado: "Los ricos primero hacen los pobres y después los pagan"
   Ante esta penuria de trabajo, los jóvenes que podían se iban a la Capital, pero no sólo a Valladolid, sino a otras provincias o regiones, como Cataluña o el País Vasco o Asturias; pocos salieron de España, pues todavía no estaba de moda la emigración a Alemania o naciones del Este.
   Emigraban familias enteras. Primero salía el cabeza de familia que buscaba acomodo para los demás, y después se los llevaba.
   Los primeros emigrantes que se conocieron se fueron a las minas de Asturias. Todos conocen a las familias de emigrantes que fueron dejando el pueblo reducido en población, pero sobre todo en población joven, así van quedando los de la tercera edad, como se dice ahora ,pero también hay quien dice que hay otra edad todavía y es LA EDAD DE ORO, edad de viajes y diversiones para los que ya dejaron su trabajo atrás. Hubo una señora que con noventa años se fue al Japón. ¡Hay que echarle valor! Pero así es la vida. Ya vemos los grandes problemas que tienen las naciones con esto de la emigración.
   Inmigrantes también hay en Villavicencio. Fueron dos familias que compraron terrenos en el pueblo para labrarlos; familias muy apreciadas por su laboriosidad y honradez, aunque los del pueblo, que tienen mucha chispa ¿buena? les pusieron un apodo que todos conocen y que venía muy bien en aquellos tiempos, en que los italianos invadieron Abisinia y los rusos atacaron Polonia.
   También podríamos decir inmigración de los propios vecinos del pueblo que se ausentaron en su edad laboral, y al jubilarse regresaron al pueblo. Es que la patria chica tira mucho, y a todos les gusta su terruño, que aunque árido y seco, no deja de tener muchos encantos para sus vecinos.
La Sanidad

   El servicio sanitario estaba atendido por esos médicos, los famosos médicos de cabecera; había buenos médicos, pero destacaba uno por su fama y profesionalidad, el eminente doctor D. Graciano, el padre del no menos famoso Juanito. Este ilustre doctor era de esos médicos que hacen la visita al enfermo (estos enfermos, por lo general son de escasa cultura y más escasos recursos económicos; el médico les aconseja, consuela y cura. Se conocen casos de que el médico, en su visita, dejara algún dinerillo debajo de almohada del enfermo, que siempre le venía muy bien. Hay una anécdota que demuestra lo que hace la sugestión en el enfermo. Un médico fue a visitar a un enfermo y le puso el termómetro pero se le olvidó quitárselo, y al día siguiente le preguntó al enfermo ¿qué tal? Muy bien, con ese aparatito que me puso se me ha curado todo. Esto es verídico.
   Las enfermedades que más huella dejaron en el pueblo fueron: 1º la peste. Al final de la Primera Guerra Mundial, en el año 1.918, se declaró una peste que se extendió por toda la Europa Occidental y sembró la desolación y la muerte por todos los pueblos de Europa, no iba a ser menos Villavicencio; murieron muchas personas, sobre todo mujeres y niños, como los seres con menos defensas. Familias numerosas de diez y doce hijos y quedar dos o tres. Como no se conocían los fármacos que hoy se conocen y además el nivel de vida era mucho más bajo, la peste hizo sus víctimas principalmente en los pobres, al no estar bien alimentados, sus defensas orgánicas eran menores; tenemos lo de siempre, el pagano de todas las calamidades, el pobre. Es como lo que decía la prensa, al publicar un accidente ferroviario: "ha habido tantos muertos, pero afortunadamente casi todos de tercera clase". O sea, los de segunda o tercera no son personas tan dignas como los de primera. Lo que se ha repetido tantas veces: la injusticia social.
   Después de la peste, hubo otra enfermedad que causó muchas víctimas, fue la tuberculosis. Hoy prácticamente está erradicada gracias a los eminentísimos Doctores Fleming y Wasman que consiguieron atacar y vencer al bacilo de Koc de la tuberculosis, y a las bacterias que cooperan con él. D. Ramón Koc descubrió al bacilo.En los países desarrollados se ha conseguido erradicar esta enfermedad, pero ha vuelto a surgir con cierta virulencia, por varias razones: la primera porque el bacilo se hace más resistente y los médicos están investigando otros antibióticos más fuertes para lograr más eficacia.
   Ya habían desaparecido los sanatorios antituberculosos y se habían convertido en residencias de ancianos, pero han vuelto a ser otra vez sanatorios antituberculosos, como el sanatorio del Generalísimo de Guadarrama, que por cierto, debe estar al completo. Dicen los técnicos que el cambio climático está influyendo de una manera importante en la propagación de ciertas enfermedades y en el origen de otras nuevas.
   Donde no ha sido erradicada la tuberculosis es en el Tercer Mundo; allí ha surgido por causa del SIDA y hace verdaderos estragos. También en España se dan bastantes casos de SIDA, pero no parece alarmante.
   Otra enfermedad que no era muy frecuente, pero que se daba alguna vez era la difteria, llamada vulgarmente el garrotillo. Esta enfermedad también tiene su vacuna del Instituto Pasteur de Francia, de donde han salido tantas vacunas, como la ya referida de la difteria, la del cólera, el tifus y otras. No olvidemos una de las más terribles enfermedades que deja lisiado al enfermo: la terrible poliomielitis o llamada también parálisis infantil. Hubo varios casos en el pueblo que dejaron a los niños en un estado de postración y casi de inutilidad, andando con muletas y poco menos que arrastrándose. Hoy ya existen vacunas para todos estas enfermedades y periódicamente se las ponen a los niños, evitando tan terribles secuelas.
   Las anginas y el dolor de muelas ya saben como lo aliviaban; con un pañuelito a la garganta o el anudado a la cabeza.
   Otra cura muy frecuente para las congestiones era la de las sanguijuelas. ¡Qué horror! Le ponían al paciente sanguijuelas en la espalda y se hinchaban con la sangre del enfermo hasta reventar. Se conocen varios casos de personas afectadas de una especie de congestión y haberse curado con las sanguijuelas. Era el procedimiento que se conocía entonces y no había otro, ahora ya es distinto con la medicina moderna.
   El dolor de muelas. La dentadura siempre ha tenido gran importancia para la salud, pues siendo el primer ciclo de la digestión es primordial que se mastique bien para que llegue el bolo alimenticio bien triturado al estómago y se facilite la absorción en el intestino. Todos saben que cuando le dolían las muelas iba al sacamuelas, que solía ser el barbero, o sea, que el barbero rapaba, pelaba y amolaba, o sea, sacaba la muela. No se seguía entonces ni se cumplía lo que dice Cervantes que un diente vale más que un diamante. Las cosas han cambiado y como dice D. Hilarión: hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, y un dentista se resiste a extraer una muela y agota todos los recursos para conservarla. Hay enfermedades, como la piorrea en las que no hay más remedio que sacarlas y ponerlas postizas. Pero la dentadura postiza, aparte que resta mucho de paladar y no se saca a los alimentos todo el sabor que tienen, no está al alcance de todos, sólo los ricos, pues ni la clase media puede con esos gastos. Una dentadura postiza puede costar hasta un millón de pesetas, y como eso no está incluído en la Seguridad Social, ni en las Sociedades particulares, resulta que sólo pueden ponérsela los de siempre, los ricos.
   En uno de los viajes al extranjero que hizo una compañía de zarzuela, concretamente a Cuba, aprovecharon muchos para arreglarse la dentadura gratis. Algo tenía que tener el dictador Fidel que fuera bueno, no todo iba a ser tiranía, y donde tampoco pueden vivir ni los ricos, porque no lo hay.
   Otra enfermedad que han pasado casi todos de niños es el sarampión. Parece que ahora tienen menos importancia, porque hay vacunas y además los antibióticos evitan las complicaciones y secuelas que casi siempre deja esta enfermedad. Hay personas que tienen defectos de oídos y de otros órganos, que no son más que consecuencias del sarampión. Además entonces había que sudarlo, tapaban al enfermo y otras cosas raras que hacían.
   Ya se ha visto que los dolores de garganta y oídos se aliviaban con el consabido pañuelito a la garganta o anudándole arriba en la cabeza, pero con eso poco se curan las anginas o el dolor de muelas; hoy con los antibióticos curan enseguida.
   Había y hay la operación de extirpación de las amígdalas y claro, ya no padecen anginas, pero sí faringitis, que también es muy molesta.
   Hay médicos que no son partidarios de esta operación, pues parece ser que tiene cierta relación en el corazón; además si están ahí, por algo y para algo estarán.


Transportes y Comunicaciones 



   Los medios de transportes eran los clásicos de los carros tirados por los pares de mulas tan lucidos y airosos y después los camiones.
   Era muy especial el transporte de los cereales en balsas por el canal de Castilla. En una balsa grande colocaban los sacos de trigo y a cada lado del canal una caballería tiraba, con lo que la balsa avanzaba con facilidad, aprovechando las propiedades físicas de este líquido.
        Después ya se usaban los camiones que transportaban toda clase de mercancías y materiales con la mayor rapidez y tal vez economía.
   El transporte de viajeros se hacía por ferrocarril y por autocar. Los viejos y destartalados autocares que hacían el servicio entre la Capital Valladolid y los pueblos de la Provincia hasta Sahagún y que a veces en la misma baca, además del equipaje, subían los viajeros, porque no tenían asiento en el interior, con gran peligro de su vida. No se comprende cómo las autoridades no intervenían ahí para evitar graves accidentes, pues, como decía Escamilla (este es un señor que hablaba de la seguridad del transporte y debía pertenecer a la Jefatura de Tráfico). "Coche viejo y recargado, accidente asegurado". Esto en lo referente al transporte por carretera; el transporte por ferrocarril se hacia en el famoso y utilísimo TREN BURRA, que fue muy importante en aquellos tiempos en que los coches no eran abundantes, tanto para el transporte de viajeros como el de mercancías. Este tren hacía el recorrido de Valladolid a Palanquinos con lo que unía la Provincia de Valladolid con la de León, también la unía con la provincia de Palencia.
   Sobre este tren hay mucho que hablar. Cuentan los vecinos de estos pueblos, que al llegar a dos cuestas grandes que hay en el trayecto los viajeros se apeaban a empujar. Tiene gracia, pero es verdad. Es que era muy importante para todos que se mantuviera este tren.
   Los FEVE o ferrocarriles de vía estrecha, se conservan y funcionan en varias provincias, sobre todo en el Norte de España y en las zonas mineras. Siempre tuvo mucha fama y fue de gran utilidad el Hullero o tren de León - Bilbao que hacía el trayecto en doce horas; salía por la mañana de la estación del Hullero de la Avenida del Padre Isla y llegaba a Bilbao por la tarde. Este tren empalmaba en la Robla con otros trenes que iban a Asturias y transportaba viajeros y mercancías. Los trenes que transportaban carbón sólo se usaban para esa mercancía.
   Estos trenes de vía estrecha ya han desaparecido en León y Valladolid, pero se mantienen en el Norte, sobre todo para los servicios de las minas. Lo que no se comprende, cómo los railes que son muchos kilómetros de hierro están o han estado años y años sin que nadie los levantara para aprovecharlos. ¿No es este un despilfarro, como tantos que hay en este desdichado país? Pero no tiene remedio; como en España sobra de todo, sobra dinero, sobra vergüenza, sobra corrupción, nada, que sobra de todo, sólo falta...AGUA.
   El primer transporte que se usó fue el carro. Hay quien salía a las seis de la mañana para ir a Valladolid, bien a los almacenes para comprar lo necesario para abastecer su tienda o bien para tomar el tren para desplazarse a otros lugares. Los comerciantes de Villavicencio se surtían casi siempre de los almacenes de Medina de Rioseco, ya que la distancia es mucho menor y el viaje lo hacían en el día. También se usaba el carro para ir a Castroverde a tomar el tren para Palanquinos o para Valladolid.
   Los que salían para Castroverde tenían que hacerlo muy tempranito, y con el carro se tardaban unas horas. Es muy curioso ver como la pandilla que iba en el carro cantaba a dúo unas canciones tan bonitas, como los mejores de cualquier zarzuela; no digo los nombres, porque todos los conocen. Cantaban canciones como: Carretero, carretero, carretero del Juncal... El otoño traicionero... Ha secado mi rosal... etc. También en el carro en esos viajes se cantaba la Chaparrita la divina, etc. Y esperando al tren en la estación de Castroverde había unos jóvenes del pueblo y de otros vecinos que cantaban aquello de...

Cuatro palomitas blancas,
cuatro palomitas blancas,
cuatro palomitas blancas posadas en un alero,

posadas en un alero.

Unas cantan y otras dicen,

unas cantan y otras dicen, no hay amor como el primero
no hay amor como el primero.

   El carro para el uso como transporte de personas solía ser relativamente cómodo. Algunos tenían ballestas que evitaban los saltos del carro y del que iba dentro. Para frenar disponían de la galga, que consistía en palo grueso y largo que se ataba a la parte delantera y a la trasera, y cuando había que frenar se apretaba la galga y el carro se sostenía y no caía sobre los animales. Los caminos y las carreteras estaban llenos de cantos redondos o cantos pelones que hacían saltar a los carros y tropezar a las personas.
   En la dictadura de Primo de Rivera se hicieron las famosas carreteras de firmes especiales, que simplemente son adoquines de piedra que estarían bien para los carros, pero a los coches le hacía ir saltando; todavía quedan algunos tramos en la Provincia de Valladolid. Y para eso quería, que los propietarios de los carros cambiasen los aros de las ruedas de hierro por otros de goma, para que no estropearan el firme. Ya podía haberse preocupado más de arreglar lo de la guerra de África y no lo consiguió.
   La GUERRA DE ÁFRICA, y lo pongo en mayúscula para que se destaque, fue la guerra más sangrienta y más inútil que ha habido en la Historia de España. Todas las guerras son inútiles y no las gana nadie, pero esta de África fue una sangría para España y una fuente de lágrimas para las madres españolas. Jóvenes de veinte años, que sirvieron al Rey, como se decía entonces, tres años día por día, sin venir una sola vez a ver a la familia; pero es que además se cometía la mayor injusticia, porque sólo iban a África los pobres, pues los ricos, pagando una cantidad, se libraban del servicio en África y en la Península; estos eran los famosos cuotas.
   Para no negar algún mérito a D. Miguel Primo de Rivera se expone el plan que llevó a Marruecos este General. Propuso a los militares que mandaban las tropas en África firmar la paz con Abdelkin que era el cabecilla que mandaba las tropas marroquíes y los jefazos de Marruecos se negaron, o sea, que les interesaba la guerra, porque era la cantera de sus ascensos. Si la guerra terminaba, ¿cuándo Franco y todos los generales que mandaron las Capitanías en la dictadura hubieran alcanzado la máxima graduación? Nunca.
   El padre del actual rey de Marruecos era Mohamed V y era muy amigo de Franco y fue el que firmó el convenio que cedió el Sahara al rey de Marruecos, que era el ya citado Mohamed.

Las Carreteras
   Había y hay tres carreteras, que se llamaban caminos vecinales, pero que ya son carreteras asfaltadas con un arcén, si se puede llamar arcén a esas pequeñas orillas. La carretera más importante parece ser la de Becilla, porque comunica con la general Madrid-Gijón, aunque la de Ceínos también comunica con esa, pero parece que está más lejos. Otra es la que decimos de Bolaños y que comunica al pueblo con la carretera de Benavente, pasando por Bolaños, Castroverde, Villamayor y Villalpando, donde se une a la general Madrid-Coruña. Estas son las principales, pero hay otras secundarias o simplemente caminos, como el de Valdunquillo, el de La Unión de Campos o Villagrá y la de Ceínos.
   Como se ve, el pueblo está bien comunicado por sus carreteras radiales pero no por ferrocarril que ahora, una vez suprimido el secundario o de vía estrecha, el más próximo será Valladolid o Palanquinos; pero como el parque automovilístico ha aumentado tanto, que no hay vecino que tenga ciertas posibilidades, que no posea su cochecito. Y es que él constituye para la familia su tercera vivienda, y digo su tercera, porque la segunda hay muchas familias que ya la tienen, unas próxima a su casa y otras más lejos de la población, para huir o librarse de la contaminación tanto aérea como acústica. Esto de la contaminación es un problema que algunas autoridades han intentado resolver, pero que no tiene fácil solución Decía un taxista, de esos que tienen experiencia por estar sufriendo todos los días esa contaminación, que se podría resolver en gran parte evitando los aparcamientos en doble y triple fila; pero son los automovilistas los que tienen que concienciarse para no aparcar indebidamente. Y es que hay quien para un trayecto de unos cientos de metros lleva su coche, y así no tiene solución el tráfico. Hay que reconocer que en los pueblos donde no se hacen grandes recorridos, se usa el coche.
La Ganadería
    En Villavicencio existían tres clases de ganado: el ovino, el bovino y el mular. O sea, las ovejas, las vacas y las mulas.
   En este pueblo, como en todos los de Tierra de Campos, se conocían a los ricos por el número de pares de mulas o de labranza que tenía y así se decía "labra con cuatro pares", tiene tantos pares de labranza y eso indicaba su riqueza.
   Eran numerosas las cabezas de ganado que había y prueba de ello es que tenían los ganaderos un corral grande que se conocía como el corral de la villa y donde encerraban a las mulas hasta que los dueños venían a recogerlas. Salían por la mañana a pastar al cuidado de un señor, y estaban durante todo el día hasta que al caer la tarde las llevaban al corral.
   Hoy, como ya no hay mulas, el corral se ha convertido en un centro cultural, y efectivamente es el Centro Cultural de Villavicencio. Es muy loable que existan en los pueblos esos centros de cultura, pero con una biblioteca a disposición de todos los vecinos y donde puedan ir a leer y entretenerse y a la vez adquirir conocimientos que siempre son buenos.
   También había un corral de vacas, donde, como las mulas, encerraban a las vacas, hasta que al volver los dueños iban a recogerlas. Salían por la mañana a pastar al campo, formando lo que se llama la vecera o sea un rebaño de vacas y volvían a su corral donde les esperaban sus dueños.
   Las vacas eran generalmente de matadero que servían para carne que los matarifes y carniceros sacrificaban para abastecer al pueblo. Había pocas vacas de leche, por lo menos entonces.
   Se ha dicho tres clases de ganado, pero se ha omitido otro, el asnal, esa clase de ganado que está a extinguir a pesar de ser tan útil para el labrador que puede hacer pequeños traslados a lomos de ese noble animal.
   En Villavicencio había muchos labradores que iban a ver sus tierras sentaditos cómodamente en la grupa del pollino, y se paseaban contemplando la riqueza de sus posesiones. Es una pena que ese animal esté a extinguir, como lo están las mulas y los machos. Había en Villavicencio un comerciante que tenía dos machos burreños que eran la admiración del pueblo. Eran unos animales sufridos, fuertes y con una capacidad de aguante algo parecida a la de los camellos en el desierto.
   Parece ser que en Córdoba se ha formado una sociedad protectora del pollino y que tiene como finalidad protegerle y proceder a su conservación y reproducción.
   Hace muchos años eran famosas las ferias de garañones en la provincia de León, donde iban los labradores con las hembras para conservar sus ricos pollinos.
   Ahora con la tecnología aplicada a todas las industrias y trabajos han desaparecido todos los medios de tracción animal y el motor lo absorbe todo. El labrador ya no trabaja, lo hace el tractor y los conductores del transporte se han reducido a la mitad. Antes había conductor y cobrador, ahora el conductor conduce y cobra con su maquinita. Y no digamos nada de los porteros. Antes en cada casa de varios pisos había un portero, ahora, cuando se jubila no es sustituido, sino que lo sustituye el portero automático, ese artilugio por el que se habla y se escucha.
   En resumen, que con la tecnología aplicada y con la incorporación de la mujer los problemas sociales han aumentado, y el paro no lo para nadie, y disculpen la redundancia.
   En esto de la ganadería también se pueden incluir los perros y los gatos, que son digamos una mini-ganadería.
   En estos tiempos en que la soledad es una de las causas de mayor mortandad, estos animalitos hacen verdadera compañía, sobre todo a las personas mayores. Hay ancianos que no tienen otra compañía que su perro y ancianas que su mayor amigo es el gato. No es raro que se vea por la calle a muchas personas paseando a su perro y sacándole a evacuar sus necesidades tres veces al día (vaya trabajito) y causando problemas a las autoridades municipales que amenazan con grandes multas a sus dueños, ya que dejan las aceras convertidas en verdaderos estercoleros, teniendo que tener cuidado de sortear sus cacas para no llevárselas en los zapatos... Dicen que en Islandia no hay perros y en Sevilla desde luego muy pocos.
El Caballo
   El caballo es el animal más bonito de la creación. Eso dicen los entendidos en ganadería y los maestros en el arte de la equitación.
   En Villavicencio había preciosos caballos y elegantes jinetes. Todas las personas mayores conocen al señor, entonces joven, que se paseaba por las calles del pueblo. Jinete en su precioso alazán, con una fusta en la mano y haciendo caracolas con su bonito corcel. Salía de paseo y al regresar se daba unas vueltecitas y era la admiración de los mayores y la alegría de los pequeños.
   También el caballo proporciona buena carne, y de hecho se expende en las carnicerías. Hay a quien le gusta esta carne y por regla general es más barata que la de vacuno y por tanto más asequible a las economías débiles.
   La leche de la yegua es de un valor incalculable y claro, no sirve como la de burra, para que se bañen algunas reinas sibaritas como Cleopatra.
   El caballo proporciona también un abono de muchas calorías y que los labradores aprovechan para sus fincas.
   Como se ve, el caballo es de gran utilidad para todo. También, y cómo no, este animal proporciona grandes diversiones, pues todos conocen los concursos hípicos y las grandes carreras de caballos que se celebran en todo el mundo. Por tanto, está demostrado que el caballo además de ser el animal más bonito, es uno de los más útiles y aprovechable de todos.
El Pastoreo

   Como buen pueblo de Tierra de Campos en él abundan los rebaños, y por tanto, los que los cuidan.
   Salían estos pastores, por regla general jovencitos, al apuntar el alba y regresaban al ponerse el sol, o sea, eso de trabajar de "sol a sol".
   Iban estos muchachitos bien provistos de alimentos que consistían en buen zoquete de pan y un "cacho tocino" y hasta su regreso con el rebaño, que estaría mejor alimentado que el zagal.
   Así se escribe la historia y, como dice Machado "los ricos primero hacen los pobres y después los pagan". Así se explican los grandes capitales de esos pueblos, donde las tierras están en manos de unos pocos y los otros muchos al servicio de esos pocos. Eso causa la emigración de los jóvenes a la Capital y a otras regiones, como el país vasco, principalmente Bilbao. Allí fueron muchos, o algunos, que al jubilarse volvieron a su pueblo.
   Si había pastoreo es evidente que era porque había ovejas. Había muchas ovejas, grandes rebaños que salían a pastar durante todo el día, aunque en esa tierra seca no se lo que podrían comer. Algo sacarían, sobre todo en el verano, aprovechando los rastrojos después de la siega.
   Eran varias las familias que vivían del producto de este ganado, y que llamaban los pastores, pues así como a algunos se les decía, fulano el cojo, o el manco, así se decía fulano el pastor. Defecto tan corriente como insolidario, pues llamar a una persona por su defecto físico es un atraso. A un señor, yendo en el tren, le llamaron por su apodo y dijo: tengo nombre, pero es probable que pensara que ese era su nombre.
   Si había ovejas es natural que hubiera queso. ¡Y que no son famosos y sabrosos los quesos de Villalón! y quiere decir que no sólo es Villalón, sino toda la región. Había un señor que llevaba los quesos a otros pueblos y lo primero lo hizo en carro, pero muy pronto se compró un coche, prueba evidente que el negocio era lucrativo. Tres cosas tiene esta villa que no las tiene León: el pan blanco, el rico queso y el ROLLO DE VILLALÓN.
   Los quesos de esta región se llevaban a muchos pueblos, principalmente a León, ya que Valladolid no sería tan consumidor de este manjar.
   Los quesos tienen muy diversas características; los hay blandos, semicurados y curados o fuertes. En León hay una casa que fabrica los famosos quesos MARSAN, queso duro y picante que hace las delicias de los buenos consumidores de este delicioso manjar. Claro que no hay que olvidar el consejo del famoso naturalista Linneo que dice: TODOS LOS DÍAS QUESO Y CADA AÑO UN QUESO.
   Hay que tener en cuenta que el queso es muy nutritivo y sobre todo sus elementos hay que destacar al calcio.
   Este queso por sus elementos fuertes no puede ser consumido indistintamente por todas las personas, pues las que padecen ciertas dolencias de estómago, hígado o hipertensión tienen que abstenerse de él.
   La fabricación del queso, su conservación y su curación tiene su ciencia, pues, como los embutidos, hay que saber dónde y cómo se colocan para airearlos, pues un error en estas operaciones puede dar al traste con la obra.
   Hay otra clase de queso también de Villalón que es el blando y sin sal, parecido al de Burgos, este queso es más bien para personas enfermas o sometidas a un régimen especial. Este queso blando también se llama de pata de mulo ¿Por qué? No se sabe si tendrá una forma de pata o por qué.

La Avicultura
    Se ha tratado de las clases de ganado y no puede omitirse ese otro ganado avícola; entre él se encuentra la gallina, la paloma, el pavo, el faisán y la avutarda. Este ganado constituye un alimento muy sabroso para las familias. Esas aves de corral que se crían en él y que producen tres cosas muy aprovechadas que son: los huevos, la carne y el abono; éste aunque parece que no tiene importancia, pero lo que llaman la gallinaza es un abono inmejorable.
    ¿Cómo se pueden comparar esos pollos de granja con los criados en el corral a su aire y consumiendo lo que pillan?
    Aquellos palomares que se distribuían por distintas zonas del campo, parece que con cierta norma, porque estaban en distintas partes y nunca próximos, como si se exigiera esa condición entre los labradores. Todas las familias acomodadas poseían un palomar, pues las palomas y sobre todo los palomos o pichones son un delicioso manjar.
    No faltaban los cazadores furtivos, esos que guardaban la escopeta en un saco y a las afueras del pueblo aprovechaban para soltar algún tirito y cobrarse una pieza. Esto le podía resolver la cena de la familia. Claro que tenían que cuidarse de la guardia civil que vigilaba esto y el caía perdía la caza y la escopeta, además de la multa correspondiente.
    Ahora quedan los palomares, pero sin palomas, ya que entre los insecticidas, fungicidas y otros productos químicos, las palomas y perdices y otras aves de caza han emigrado a otras regiones, dejando el campo del pueblo con sus tierras pardas y desiertas.
    Como los productos del campo han variado y por consejo del ministerio del ramo se ha pasado a sembrar maíz, ahí si que se refugian las perdices y codornices y sólo con los perros muy amaestrados logran sacarlas para la caza.
    El pavo, ese plato típico de la Navidad, se criaba en manada y había familias que tenían varios y que cebaban para venderlos en su día a muy buen precio. Había una forma de cebar los pavos y eran con nueces enteras que engullían y en el papo se convertía en alimento que les engordaba más que el trigo o la cebada.
    Alguna familia de los ricos tenían además de algún pavo el precioso pavo real, que era la admiración de todos, sobre todo de los niños que iban a verle a admirar esa rueda tan bonita que hacían.
    La perdiz. La perdiz no abundaba mucho en los campos de Villavicencio y sólo los cazadores expertos y con buenos perros solían cazar o cobrar alguna pieza.
    La gallina. Se habla de las aves, de tantas clases de aves y se pasa por alto la principal que es la gallina. Es un ave de corral que no falta en ninguna casa y que proporciona tres cosas: huevos, carne y abono, y que son un buen alimento para el cocido, para el caldo y para comérsela en pepitoria. ¡Vaya manjar!
    En todas las casas de labradores había un muladar en el corral donde se echaba paja y el abono de los animales, que servía después para echarlo en las tierras, mucho mejor que el abono mineral que se usa hoy.
    En estos muladares hacían sus galerías los conejos y las gallinas escarbaban para buscar el grano. Los conejos hacían sus madrigueras y su cama para criar sus camaditas, y de allí salían los conejines, que llamábamos. Era muy curioso ver a esos animalitos tan bonitos correr por el muladar y procrearse, pues como todos los roedores, es muy prolífico.
    Las gallinas y sobre todo los pollos de corral son extraordinarios, gallos muy distintos de esos de granja de color blanquecino, y sabor a nada. Y no digamos de los capones. Los capones cebados durante algún tiempo antes de Navidad, llegan a la Pascua con unas carnes más sabrosas que las del pavo.
    Los gansos. No parece que hubiera gansos en Villavicencio, aunque alguna familia podría tener alguno, ni tampoco cisnes, para verlos habría que ir al lago del Campo Grande de Valladolid, que es como un lago parecido al del Retiro de Madrid, pero en pequeño.
   Los patos. Estas aves que tanto abundan en los lagos y ríos pequeños son un rico manjar para los cazadores y pescadores y un adorno para esos ríos, pues tienen hasta su caseta para refugiarse, cuando las inclemencias del tiempo lo requieren.
  La avutarda, como su nombre indica ave-tarda, es un ave torpe y perezosa que revolotea por las afueras del pueblo y que muy huidiza escapa de cualquier ruido o de la presencia de otras aves o animales.
   A los cazadores les es muy difícil cobrarla, porque aunque torpe su oído y olfato descubre enseguida al cazador. La carne no debe ser sabrosa, porque no se vende en el mercado o tal vez sea por su escasez.
   La codorniz. Ave muy apreciada por los cazadores y muy fácil de cazar con los perros, pues en los rastrojos y debajo de las morenas se esconden y los perros las levantan y las ponen a tiros de escopeta. Es de carne muy sabrosa y tierna, por lo que les va muy bien a las personas mayores y a los que tengan la dentadura delicada. En el mercado abunda mucho y se pueden adquirir por un precio módico.
   Cuando se abre la veda, los cazadores salen de madrugada, y no es raro verles con un manojo de piezas colgando del cinto. Hay casos muy graciosos de esos cazadores que cuando no han cazado ninguna, las compra en el mercado y así disimulan su fracaso.
   El faisán. Una de las aves más bonitas por sus vistosos colores es el faisán. También es muy apreciado por lo sabroso de su carne. Se organizan cacerías y los cazadores regalan las piezas a los establecimientos benéficos, ya que los cazadores cazan por amor a este deporte, pero no por interés de las aves que pueden cobrar.
La cigüeña. Esta no puede considerarse como ave ni de carne ni de caza. Es un ave que limpia de alimañas los ríos y arroyos y que con sus enormes nidos ponen en peligro alguna torre, como las finísimas de la Catedral de León, donde en cada torrecita hay una cigüeña posada en una sola pata que forman un cuadro muy bonito pero muy perjudicial para las torres y para los tejados, pues los excrementos pueden hasta hundirlos.
   Aves de rapiña. En Villavicencio como en todos lo pueblos hay aves de rapiña. La lechuza con esos ojos que al mirar asustan y con ese pico en curva para mejor devorar a sus presas. Estas aves son aves nocturnas que se esconden y anidan en huecos que encuentran en árboles o paredes. Comen pequeños roedores y, si tienen hambre, sorben el aceite.
   El aguilucho. Águila bastarda y también pollo del águila, o sea, águila pequeña. Como su nombre indica es más pequeño que el águila y se alimenta también de pequeños roedores.
   El azor. Ave rapaz de color negro claro por encima y blanco por debajo.
   El quebrantahuesos es el ave rapaz más grande y que se usó en los tiempos antiguos en cetrería.


Los Galgos

   En Villavicencio había galgos, galgos preciosos que corrían a las liebres y era un verdadero espectáculo. Salían de las eras y el galgo iba detrás hasta que la alcanzaba. Podría haber concurso con apuestas, como en los canódromos, aunque parece que no las habría.
   Hace poco ha salido un reportaje en televisión, hablando de los galgos. Dicen que roban galgos y a pesar de todas las medidas que se toman no hay medio de evitarlo. Bueno, hoy en España no sólo se roban galgos, es que se roba todo. Se desvalijan los chalets de lujo y los que no son de lujo, y es que a esta nuestra querida patria, que es un paraíso para los del tercer mundo, principalmente para los esclavos de Hasan, viene todo lo peor.
   Los galgos son robados, porque son animales de mucho valor; hay galgos cuyo valor excede del medio millón. En algún pueblo hay galgas de concurso cuyo valor es incalculable, y tienen que guardarlas y cuidarlas como si de un tesoro se tratase.
   Cuando termina el tiempo de la caza, a los galgos se les pone un collar y colgado del collar un palo de unos diez centímetros, para que no puedan correr. Es una manera de contener el instinto de estos animales tan aficionados a las carreras.
   No abundan ahora los galgos y una de las razones es que no abunda la caza. Ya se ha dicho que con los insecticidas y fungicidas las aves, como las perdices y codornices, huyen a otros lugares donde puedan vivir; lo mismo ocurre con las liebres y conejos de monte, que se van a otros parajes más propicios.
   No deja de ser una pena que se pueda disfrutar de ese espectáculo tan bonito que aliviaba un poco esas frías mañanitas de otoño o de invierno.

Calles y Plazas
   La calle principal. no hay duda, que es la que va de la Iglesia de Santa María y por el Puente Mongil y Plaza del Caño va a la Plaza Mayor. En esta calle estaba la Farmacia de D. Luis, en la Plaza del Caño el Ayuntamiento y la Escuela y en la Plaza Mayor la Residencia y la casa que siempre se llamó de los Francos.
   Otra calle importante es la que va desde la parte posterior del Priorato, pasa por la Plaza de San Pedro hasta el barrio de abajo. Las otras calles ya no tienen tanta importancia.
   La Plaza más importante fue la que se llamó siempre la Plaza del Caño y la que por motivos del tráfico o por las razones que los ediles creyeran convenientes, ha quedado lisa y llana y solo adornada con una lámpara fernandina.
   En esta plaza se hallan el Ayuntamiento, la Escuelas y el Priorato; también estaba lo que siempre se llamó la Panera y los edificios frente al Priorato que también son muy buenos. Hoy tenemos allí la Cafetería, una de las pocas que quedan de aquellos bonitos cafés.
   Otra cosa que me llama mucho la atención es ver el nombre de un político dado a la Plaza; pregunté qué había hecho ese señor por el pueblo y nadie supo decirme nada; bueno, alguno si me dijo el por qué, pero mejor es dejarlo; pero con la cantidad de hombres ilustres que hay de Villavicencio y poner el nombre a un extraño. Por citar alguno diré que empezando por D. José Barrón, D. Raimundo, D. Eladio, D. Graciano, D. Jerónimo, ilustre Maestro con una matrícula de cerca de cien alumnos y desarrollando una labor ingente que todos lo niños de entonces, hombres hoy, tenemos que agradecer. Cómo es posible que perdure el nombre de un político, cuando lo que hay que hacer en todo es despolitizar para no caer en errores que después se pueden lamentar.


Las Campanas

   Las campanas en un pueblo juegan un papel de gran importancia y expresan muchas veces los acontecimientos gratos y no gratos. Su tañido significa el sentir o querer de los vecinos.
   En un pueblo tan religioso como Villavicencio las campanas avisan las horas de oración, las horas de las misas y en su forma de tocar saben los vecinos lo que significa. Por la mañana, a mediodía y por la tarde son las horas del Angelus. ¡Había que ver cómo se paraban los vecinos, se quitaban la gorra y rezaban el Angelus! Un toque que se llama el de mediodía, que indica la mitad del día como lo dice su nombre. De ahí la anécdota de un sordo al que preguntaron: ¿han tocado a medio día? y contestó: en la Plaza venden escrinios, que si han tocado a mediodía, a dos reales y medio ¡Qué será de los sordos que todos hacen mofa! y así a uno le dijeron: estás muy sordo y contestó: yo no estoy gordo.
   Siguiendo con las campanas. Por la forma de tocar los vecinos saben lo que es. Si tocan despacio es que ha muerto una persona mayor; si tocan más deprisa es que tocan a gloria, o sea, la muerte de un niño, si tocan muy rápido y seguido es que toca a rebato, o sea, a fuego y llaman a los vecinos para que acudan a apagarlo.
   Para la misa tocan, como en casi todos los pueblos, tres veces y la última son las tres, por eso se pregunta ¿han dado las tres?
   En la afueras del pueblo prepararon un horno para fundir campanas, el campanero, que era un hombre fornido y simpático, no se sabe cómo conseguiría una temperatura tan elevada como para fundir el metal de las campanas, el hecho es que se fundieron. Esto demuestra que en Villavicencio hasta se fundían campanas.

Edificios importantes
   El mayor edificio de Villavicencio no hay duda que es lo que llamamos "El Priorato" que es un monasterio de monjas benitas o benedictinas que data del año 1.763 como puede verse por la inscripción de la fotografía. Entrar en el Priorato y ver sólo las paredes, es una desolación. Hay algunos arcos que parecen románicos y algunos muebles y confesionarios que no dejan de tener su mérito por su antigüedad. Parece ser que van a restaurarlo, pero eso cuesta mucho dinero y no sé si la consejería de cultura se decidirá a gastarlo, pero es que si restauran el Priorato, también tendrían que restaurar la torre de San Pelayo, que es de un ladrillo románico y de gran valor artístico. ¿Llegaremos a verlo restaurado?
   Otro edificio de verdadero valor artístico es el que hace esquina detrás de lo que fue el estanco. Este parece que es de estilo neoclásico y que indudablemente es de una belleza artística considerable.
   Un edificio de gran solidez y que fue casa de grandes labradores es el que hace esquina a la Plaza Mayor; es una manzana que llega hasta las escuelas con el corral que, como en todas las casas de labradores, es una pieza muy importante.
   Un edificio que no puede olvidarse es el de la casa del médico D. Graciano que hace esquina al puente monjil y que tiene gran extensión, ya que la parte posterior llega hasta la casa de lo que fue carnicería.
   La casa de los Francos, como se ha llamado siempre, es otro edificio que forma una manzana entera y que parece ser lo adquirieron unos asturianos para la casa de labor.        
   Las escuelas y el Ayuntamiento es otro edificio de gran consideración y que es el adorno más bonito de la plaza del Caño.
Rivalidad
   Siempre ha habido cierta rivalidad entre los grandes pueblos de una provincia con la capital de ésta; por ejemplo: Vigo y Pontevedra, Oviedo y Gijón, Valladolid y Medina, Avila y Arévalo, Cádiz y Jerez, etc.
   Dicen los de Medina del Campo que ser de Valladolid, tarde o temprano se paga. Lo pagará D. José Zorrilla o el Conde Ansúrez, y en estos tiempos lo pagará la muchachita de Valladolid, la famosa Concha Velasco, la artista polifacética más simpática y encantadora de España y el extranjero. Así se paga ser de Valladolid. Podrían citarse innumerables casos y cosas que corroborarían esta afirmación.
   Nuestra querida capital tiene un origen un tanto extraño, unos dicen que proviene de VALLIS-OLETI que quiere decir VALLE DE LOS OLIVOS, se conoce que entonces había muchos olivos; hoy parece que han desaparecido esos árboles milenarios y majestuosos por su vejez y sus apetecidos frutos.
   La evolución de los tiempos y de los productos del campo parece que han influido, pues lo que antes eran olivos ahora parece que se han convertido en pinos, y así tenemos que Valladolid tiene unos pinares que pueden compararse con los de Segovia y Ávila.
   Lo que no se comprende es que una ciudad como Medina, sin quitar ningún mérito a esta maravillosa ciudad, que además de contar con sus exquisitos vinos, sus ferias de tipo nacional y su industria y además de su leyenda del CABALLERO DE OLMEDO, pueda compararse con Valladolid, eso indica que conocen Valladolid muy poco o a alguno molesta que Valladolid sea una de las capitales más bonitas de España.
   Pero siendo de Medina tenían que estar orgullosos de su provincia.
Villavicencio en la Guerra Civil
   Es un tema muy desagradable, pero es que es necesario tratar. Partimos de la base de que en Villavicencio no mataron a nadie. Se llevaron a las cocheras de la estación de ferrocarril de Valladolid a todos los alcaldes y concejales del ayuntamiento de los pueblos de la provincia y allí, no sé en que condiciones de vida estarían, pero, parece ser, que el día que mataron a Onésimo Redondo en el Alto de León quisieron fusilarles a todos, pero debió haber una persona prudente e influyente que dijo que esa masacre era una monstruosidad política y moralmente considerada, y el fusilamiento no se llevó a cabo. En los primeros días de la guerra, cuando no había control, las venganzas personales llegaron a estar a la orden del día, asesinando a jóvenes, verdaderos niños, como a un maestro de Valencia de D. Juan que no tenía más de veinte años.
   Ya se ha dicho que en Villavicencio no mataron a nadie, pero ¿quién mató a los que estaban en las cunetas de la carretera de Mayorga? Pasar por aquella carretera y ver sus cunetas cubiertas de cadáveres era horripilante. ¿quién los mató? Todo el pueblo sabe quienes fueron los asesinos, pero nadie lo dice, sólo sabemos que la administración premió estos asesinatos con grandes cargos en la máquina del Estado.
   Es teoría de los grandes estadistas que las guerras no las gana nadie, pero los muertos no perdonan y Dios y la Historia pedirán cuentas a los autores y causantes de las guerras. En la última Guerra Mundial dicen que murieron setenta millones de personas y en la Civil Española UN MILLÓN. Un millón de hermanos que se mataron unos a otros. ¿Quién puede perdonar al monstruo que ocasionó esta guerra?
   La Guerra Civil Española debió evitarse por encima de todo. La mayor calamidad que le puede ocurrir a un pueblo es la guerra. Dicen las estadísticas que en el mundo entre guerras y guerritas hay más de cuarenta, aunque no debe de haber guerritas, todas son guerras a cual más cruel e inhumana. Pero entonces el espectro del comunismo amenazaba a España y todos lo temían sin conocerlo; de todos modos el comunismo, el socialismo, el anarquismo, todo menos la guerra. Hoy seguimos viendo como van matándose entre hermanos por razones económicas, políticas o raciales, pero siguen matándose. Dicen que las guerras civiles duran cien años.
   Aquí termina la historia de este bendito pueblo. Algunos casos y cosas habrán quedado en el tintero, pero es que no siempre se dispone del material necesario para estos trabajos y se tiene que recurrir a lo que hay. También se tocan puntos que no tienen relación con la historia del pueblo, pero es que vienen a cuento por lo interesante o porque adornan un poco la historia de este Villavicencio tan querido como olvidado.
SEMBLANZA DEL AUTOR
   D. Francisco Gil Pachón, nació en Villavicencio de los Caballeros el 1 de Marzo de 1.916.
   Realizó estudios en los Colegios de los Agustinos de Valencia de D. Juan, Valladolid y Zaragoza, donde cursó los estudios primarios y la Filosofía.
   En el año 1.940 superó con éxito las oposiciones de inspector de policía, siendo destinado a Barcelona, y solicitando seguidamente la excedencia.
   El 1 de Septiembre de 1.943 contrajo matrimonio con Dª Juana García González, profesora, escritora y poetisa, como lo demuestra los artículos publicados en la Prensa de León, Mahón y otras ciudades y el libro "EL AYER DE UN PUEBLO LEONÉS" que es la historia del pueblo de Cabreros del Río y refleja la vida y costumbres de sus paisanos y la gracia de los personajes típicos del pueblo contados con la más cruda realidad.
   De este matrimonio nacieron cinco hijos, de los que no se puede decir cual es el mejor, ya que han sido modelo de estudiantes, pues alguno tiene hasta tres carreras y domina cinco idiomas.
   Destaca en todos su afición a la música ya que cada uno toca un instrumento y uno es un mago de la guitarra y tiene una academia de música.
   De los cinco hijos han nacido nueve nietos, de los que, como de los hijos, no se puede decir cual es el mejor, aunque dicen que todos los hijos son buenos, pero el pequeño es el mejor.
   Dice el Eclesiastés que "el consuelo de tu vejez serán los hijos de tus hijos", y así es, pues es tal el cariño que se tiene a los nietos que hasta a alguno le han llamado "quita penas"; no hay duda que el cariño de los nietos quita pena y da alegría; ya se dice que los nietos son dos veces hijos.
   En el año 1.945 ingresó en la Academia Militar, de donde salió con el grado de Teniente, siendo destinado a León. Durante su permanencia en el Regimiento Burgos 36, tuvo el honor de instruir con sus compañeros nada menos que diez reemplazos, que son aproximadamente diez mil hombres.
   Pasó durante los empleos de Capitán, Comandante y Teniente Coronel por el Regimiento de Mahón, Covadonga nº 5, Inmemorial I, y Patronato Militar de Huérfanos de Oficiales. Durante todos estos destinos, siempre se le encomendaron las tareas más difíciles y de mayor responsabilidad.
   En el Campamento de Colmenar ejerció de Profesor de Educación Física y fue encargado de la cocina del Campamento, para dar de comer a más de tres mil hombres, de tal forma que en la visita del Capitán General le dijo: Capitán, le compadezco y con razón, ya que esto era una labor de titanes. Así y todo, le fue concedida la Cruz Blanca por su buena gestión en la cocina.
   A pesar de su profesión militar, es como puede deducirse de la lectura de este libro, un gran detractor de todas las guerras, a las que considera, junto con la injusticia social, el cáncer de la Humanidad. Además de esto, es un gran amante de su pueblo y de las buenas gentes que en él viven. La carrera la terminó de Coronel.
   La semblanza del autor, los grabados y figuras del libro son obra de la Ilustre Licenciada Dª Julia María López Valladares.